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La versión del cielo
lunes, agosto 01, 2005
“Aunque me acerco al momento de la muerte, no me asusta morir e irme al infierno, o (lo cual sería mucho peor) ir a la versión popularizada del cielo. Espero que la muerte sea una nada, y por quitarme todo tipo de miedo hacia a la muerte estoy agradecido al ateísmo”.
Isaac Asimov
En Sobre la religiosidadPublicadas por Fernando G. Toledo a la/s 3:32 p.m. | |
He aquí el punto exacto (si existe un punto exacto, si existe un dios perfecto) por el cual me reafirmé mi ateísmo. Qué gran alivio debe ser apoyar el pie en estribo y apearse hacia la muerte.
Así como nada es lo que parece, la muerte tampoco. El morir es como vivir. Está en nuestro códico genético, y el caso de que seas un Nexus 6, está en tu programa. Todos cesaremos. No le temo a la muerte, porque la muerte no es nada. Es dejar de estar aquí, con esta determinada combinación de adn, para empezar a estar en otro lado. La tierra y sus habitantes si te entierran. El aire y sus diamantes si te queman.
Escribo aquí, en el patio Asimov, porque en los otros barrios de bits, se ve poco y nada. Fernando. Me gustaría mucho saber que estás "guardando" estos intercambios bioeléctricos en tu memoria ram, o sea, en tu cerebro reptil. Te asombrará saber que Ambrose Bierce no indiza en su "Diccionario del diablo" los sustantivos "razón" y "atea/o" y/o sus derivados adjetivos. Al menos, yo me asombré. Parece que el tipo, a pesar del magnífico título de su libro era un conservador, anti progreso (léase tecnología). Grandilocuencia mediante no se mete con las creencias: se mete con la ciencia, la democracia, las mujeres y la justicia. Es calvinista mal. Es el proto yanqui perfecto (Ohio, 1842). Un archibusto. Su ingenuidad es tan insípida como una hamburguesa de McDonalds. Mucho título y ni cenizas (de fuego ni hablemos). Es mucho más "progre" Flaubert con su "Diccionario de lugares comunes". Este Bierce debe haber sido (lo investigaré)uno de los inventores del "ponéle un buen título y venderás". Un típico cowboy de Remington con varias teclas inútiles (William Gibson vendría 150 años después con sus cowboys de consola y Neuromante y Matrix). Y ya que estoy en el patio Asimov: inmigrante, judío ateo, fanático de los comics, físico, te invito a su Trantor. Léase sus Fundaciones. La ciencia ficción, la clase A, es Atea. Y con razón. Prosperidad y larga vida.
Patri: Gracias por la sugerencia. A por las Fundaciones, entonces.