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  1. Respuestas a un cuestionario

    lunes, junio 25, 2007


    Respuestas de Fernando G. Toledo

    1. Edad actual (años cumplidos).

    –33 años.

    2. Sexo.

    –Sí por favor... Eh, perdón, quiero decir: varón.

    3. Máximo grado de estudios alcanzado a la fecha.

    –Licenciatura en Comunicación Social.

    4. ¿Qué filiaciones profesaban o profesan cada uno de tus padres, herman@s, esposa e hijos?
    –Padres: creyentes católicos (por tradición, no demasiado practicantes). Hermana: actualmente coquetea con los evangélicos bautistas. Esposa: católica. Hijos: son menores de 15 años.

    5. ¿En que filiación te consideras actualmente: Ateo, agnóstico o creyente?

    –Ateo.

    6. Narra la historia de cómo surgió tu filiación actual.

    –Si bien fui «educado» en la religión católica, e incluso asistí a una escuela católica en mis estudios primarios, debo decir que la fe nunca había calado demasiado hondo en mí y la práctica de esa creencia sólo se reducía al seguimiento de los cultos tradicionales y a alguno que otro arranque de religiosidad en los años de adolescencia. Hacia el final de ésta, que coincidió con mi ingreso a la Universidad, puede decirse que yo era más que un creyente o un ateo, un desinteresado por esas cuestiones. Fue luego de una clase de filosofía, en la que estudiamos algunos textos de Marx, Nietzsche y Freud, cuando yo dejé rodar mis pensamientos hacia la reflexión acerca de uno de los asuntos primordiales de la religión, la creencia en un Dios supremo, providente, omnipresente, etc. Al salir de clases y de viaje de vuelta a casa, hice encajar mis dudas en la certeza de que, en efecto, estaba ante la presencia de un mito, similar a otros que se nos cuentan a los niños cuando no distinguimos demasiado entre la fantasía y la realidad. La conclusión, breve, simple y sin crisis de por medio, fue que Dios pertenecía al estante de lo fantástico. No indagué demasiado luego en esa posición en la que me encontraba, quizá porque no la consideraba ciertamente «nueva». Y aunque me daba lo mismo ser mencionado como agnóstico o como ateo, no consideraba igualmente plausibles las hipótesis de la existencia o no existencia de Dios. Pero recién una década después me propuse ilustrarme más al respecto, no porque hubiese recaído en la fe, sino porque poco a poco fui dándome cuenta de la contaminación religiosa y supersticiosa en la que estamos inmersos y yo, en mi condición de ateo, lector y escritor, sentí que era necesario acudir a fuentes que me comprobaran o rechazaran mi posición. Esto derivó poco a poco en la necesidad de hacer ya más patente mi ateísmo públicamente (si se me preguntaba al principio lo confesaba con cierta timidez) y en reflexionar, también públicamente, sobre este problema. Así es que ahora no soy sólo un ateo, sino lo que Wojtyla llamaría con espanto «ateo sistemático», es decir, el que estudia, fundamenta y defiende su ateísmo y su irreligiosidad.

    7. ¿Consideras posible que te puedas convertir de la filiación actual a otra filiación?
    –Sí. Tengo respeto por lo que ha sido mi andadura reflexiva como para valorar seriamente que es la correcta, en especial porque todas las formulaciones de Dios no es que lo hagan improbable, sino imposible. Sin embargo, el propio talante de los ateos, razonablemente escépticos, a la espera siempre de nuevos conocimientos y sabedores del carácter dogmático de lo que es el objeto de sus críticas, debe llevarnos a la idea de que ante pruebas en sentido contrario a lo que es nuestra «concepción del mundo» debemos rendirnos, sin pena, sino con el placer de haber recapitulado si estábamos equivocados. En mi caso, día a día me hallo con pruebas que confirman y mejoran mi visión del mundo.

    8. ¿Hay algún comentario sobre tu vida que quisieras agregar a este cuestionario?
    –Es de destacar que, del mismo modo que el que no colecciona estampillas puede ser considerado filatélico, el alejamiento de la fe no convierte a los ateos y agnósticos en «religiosos». Están, justamente, fuera de la religión. Con esto quiero decir que ni el ateísmo ni el agnosticismo son «religiones» sino negaciones de la religiosidad y proclamas evidentes de que quiere evitarse la integración a esos colectivos.

    El cuestionario fue elaborado por Libre y Soberano.

  2. Jugar a ser Dios

    domingo, junio 17, 2007

    Un párrafo genial de PZ Myers, autor del blog Pharyngula:

    «La noticia de portada de la Newsweek es sobre recientes intentos de crear vida en el laboratorio y, por supuesto, a eso lo llaman "jugar a ser Dios". ¿Es que aún no lo han entendido? "Jugar a ser Dios" es no hacer absolutamente nada, apropiarse del mérito por el trabajo que hacen otras entidades, y ni siquiera existir. Los científicos no aspiran a un status tan inútil».

    (Artículo completo en Pharyngula)

    Vía: El PaleoFreak.

  3. «Esto es muy común»

    viernes, junio 08, 2007

    © Fernando G. Toledo

    [...]
    –Al principio hubo roces de parte de él. Me tocaba la espalda, me invitaba a la casa parroquial cuando no había nadie... La Iglesia alquilaba una casa en la calle Pueyrredón. Pero en un momento, la presión fue grande. Y pasó algo. Recién cuando fui a un terapeuta me di cuenta de todo. Hasta ese momento, nadie supo lo que había pasado. El padre Sergio Martín no tenía responsabilidad alguna, desconocía todo. Después de la consulta al terapeuta volví, hablé con el párroco y decidí preparar un escrito, que le llevé a (el arzobispo de Mendoza, monseñor José María) Arancibia. El dijo que iba a investigar. Después (al vicario Jorge Morelo) lo sacaron de la parroquia. Estuvo un tiempo sin parroquia y lo mandaron a la de Nuestra Señora de la Consolata, en Bermejo. Lo último que supe es que estaba de capellán en el Hospital Español.

    –Dijiste que pasó algo. ¿Podés ser más preciso?
    –Se llegó a consumar el acto. No fue violento. Desde el momento en que hablé con el terapeuta lo pude recién verbalizar. Yo no había empezado con ninguna patología después de eso, pero sí tenía cierto bloqueo de personalidad. No podía dormir, estaba todo el día nervioso. Cuando pasó lo que pasó, decidí que el contacto con él fuera cero. Incluso, me fui de San Martín y me vine a trabajar a Mendoza. Vivo aquí desde entonces.

    –¿No sabés de qué se trató la investigación que hizo Arancibia?
    –Arancibia le mostró (a Morelo) mi escrito y Jorge dijo que el 85% era mentira. Sé también que él preparó una especie de castigo, pero no sé si lo aplicó.

    –¿Le dijiste de forma directa al arzobispo: «Este cura abusó sexualmente de mí»?
    –Quedó sobreentendido en el escrito.

    –¿Sabés que sean muy comunes estos casos?
    –Esto es muy común. Los curas, además, buscan a gente de la calle. Usan el dinero de muchos fieles para pagar a algún desconocido que trabaja con su cuerpo. Pero algunos curas, no todos. Hay otros que sí cumplen su misión y dedican su vida a Dios.



    Publicado en Diario Uno de Mendoza el 14/01/2004:
    «Denuncian a un vicario por abuso sexual»
    «Yo no busco ni indemnización ni escándalo»
    «Mi fe está intacta pero tiene una huella»

  4. Dejad que los niños vengan a mí

    viernes, junio 01, 2007


    www.Tu.tv



    P.D.: La Iglesia se defiende. Los niños no.

    Sobre Crimen sollicitationis.

    Si no puede ver el video, haga clic aquí.