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¿Qué es el ateísmo católico?
lunes, marzo 27, 2023
El periodista, investigador, escritor, politólogo y "youtubero" Santiago Armesilla, quien ya ha colaborado antes con este blog, indaga sobre un término al que nos hemos referido anteriormente en Razón Atea: el ateísmo católico. Este video, donde se cita un artículo de este blog, intenta explicar filosóficamente el sintagma.Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 10:00 a. m. | Etiquetas: Ateísmo | 0 comentarios |
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El arte y lo sagrado: polémicas habituales y blasfemias selectivas
miércoles, marzo 22, 2023
Cristina Pérez junto a la obra de su autoría que fue vandalizada.
El reciente escándalo en la Universidad Nacional de Cuyo por una muestra de arte devela una vieja tensión entre el arte y lo sagrado, donde aparece el concepto de blasfemia. Sólo que veces, parece haber cierta selectividad para blasfemar contra unos, pero no contra otros.
n 2004, un cardenal argentino repudiaba con estas palabras —dirigidas a sacerdotes, pero abierta a toda la comunidad— una muestra de arte que consideraba blasfema: «Desde hace algún tiempo se vienen dando (...) algunas expresiones públicas de burla y ofensas a las personas de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María; así como también a diversas manifestaciones contra los valores religiosos y morales que profesamos. Hoy me dirijo a ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada (...) con motivo de una exposición plástica. También me apena que este evento sea realizado en un centro cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos. Frente a esta blasfemia (...) todos unidos hagamos un acto de reparación y petición de perdón (...)».La muestra de la polémica era nada menos que de León Ferrari (1920-2013), considerado en su momento por el New York Times como uno de los artistas plásticos más provocativos del mundo. Y quien firmaba la carta de repudio era nada menos que Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, quien nueve años más tarde iba a ser ungido como papa Francisco, máxima autoridad mundial de los católicos.Arte y religión: vieja relaciónLa tensión entre el arte y lo «sagrado», como está visto, ni es nueva ni es inédita en la Argentina. Por eso el escándalo suscitado en la UNCuyo por la muestra de arte a propósito del «8M» no resulta una extravagancia. En su momento, con piezas aun más sutiles y refinadas, Ferrari provocó las quejas de la Iglesia y sufrió el ataque de grupos radicalizados. Aquí se vio un eco de aquello, con obras pictóricas o escultóricas que representaban, por ejemplo, una versión femenina y con cabeza de vaca del Cristo crucificado o una vagina que transmutaba en la imagen popular de la Virgen María. Y se vio la queja de la Iglesia local por lo que consideraban una ofensa, de parte de una universidad pública que debería velar por el respeto general. Y se vio luego lo peor de todo: el ataque vandálico de los fundamentalistas, con acciones que fueron rechazadas hasta por el propio arzobispado.Lo que prueba esta clase de hechos es algo que sorprende a quienes podrían pensar que el arte está exento de otro contenido que su propia estética (el arte por el arte). Entender que esto no es así permite, a la vez, descubrir algo más: que el afán blasfemo del arte en nuestro ámbito tiende a ser selectivo.En nuestra cultura (en la que el catolicismo es parte basal de una estructura social, cultural, legal, etc.), las bellas artes no han sido solamente una expresión plástica, sino que han servido de exaltación, prédica y representación de contenidos religiosos, especialmente católicos. Algunas de las obras maestras de la pintura universal han tenido este fin: desde los manuscritos iluminados y Giotto a las obras finales de Dalí, pasando por El Bosco, Leonardo, Miguel Ángel, Velázquez o El Greco. Si se quiere, esa práctica llega hasta nuestros días y nuestra región, ya que, por ejemplo, la obra de un pintor como Sergio Roggerone puede encuadrarse en esta línea.Blasfemias «selectivas»Ahora bien, en cuanto a la blasfemia, hay que decir que este es un concepto complejo: la blasfemia puede tener un aspecto, digamos, «subjetivo» (lo que le parece blasfemo a uno puede no parecerle a otro) y otro «objetivo» (se practica con el conocimiento de que lo que se produce subvierte un sentido conocido y sabe de su repercusión).Lo que se observa aquí es una blasfemia selectiva: se practica con la iconografía de una religión particular, pero se evita con sugestivo cuidado hacerlo con otras. Así, una muestra catalogada como «feminista» apunta su blasfemia, subjetiva u objetiva, más usualmente contra el catolicismo, pero no contra el judaísmo o el Islam. ¿Qué sucedería si se utilizara el arte con afán blasfemo —algunos con eufemismo lo llamarán «crítico»— contra la simbología o el credo judíos? ¿No se lo calificaría de antisemita? O, para ir más allá: ¿por qué no se blasfema artísticamente contra algunas leyes de la sharía, que prohíben a las mujeres mostrarse si su cuerpo no está tapado por el burka?En este último sentido, es llamativa la selectividad, dado que los países en los que las democracias han florecido (y en los que la idea de libertad de expresión más se ha difundido) son mayormente aquellos en los que ha predominado el cristianismo. Y esto puede o debería verlo un ateo —como quien firma—, un agnóstico, un deísta o un creyente. Todo el mundo, en suma. Si la blasfemia, o la «crítica», se emprende con selectividad contra el cristianismo, tal vez (sólo tal vez) ello sea producto de una miopía ideológica traducida en arte.El papel de la universidadPor último, hay que preguntarse por el papel jugado aquí por la institución que avaló la muestra. En 2018, y con el fin de asegurar la «laicidad» de la institución, la UNCuyo decidió retirar todos los símbolos religiosos (algunos, en sí mismos, también obras de arte) de sus edificios. A pesar de ello, ahora propició una muestra plagada de imágenes religiosas, aunque fueran blasfemas.Algunos querrán exorcizar o eximir a estas imágenes de la muestra «8M - Manifiestos visuales» de todo contenido religioso con el «agua bendita» del arte y la libertad de expresión. Sin embargo, ¿acaso esas obras artísticas exhibidas tendrían el mismo valor si no hicieran uso de la simbología religiosa? Si la respuesta no es afirmativa, ¿por qué entonces se exhiben en un lugar donde la simbología religiosa fue excluida?También aquí, al parecer, hay selectividad, y unas simbologías son más simbólicas que otras.Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 10:59 a. m. | Etiquetas: Artículos del autor, Cristianismo | 2 comentarios |
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Benedicto XVI: ¿el adiós al Papa que perdió la fe?
miércoles, enero 04, 2023
Un guardia suizo custodia en el Vaticano el cadáver de Benedicto XVI. Foto: AP. a muerte de Joseph Ratzinger, papa Benedicto XVI para la Iglesia Católica, ha permitido ver unas exequias inéditas en el Vaticano, la santa sede de esta religión, la mayoritaria en el planeta y basal para nuestra cultura.Las claves que hacen tan especial el funeral de este papa católico tienen que ver con la excepcionalidad de su figura, al tratarse de un papa emérito, algo pocas veces visto en la historia. En particular, porque Benedicto XVI llegó a ese puesto tras una renuncia en 2013 a su cargo, al que había llegado para ocupar el puesto que dejó Juan Pablo II (Karol Wojtila) con su muerte, en abril de 2005.El pontífice alemán termina sus días con una historia particular: llevó el hábito de papa emérito durante más años que el de papa efectivo, dejó lugar a la primera designación de un papa americano (el argentino Francisco I) y dejó una estela de misterio alrededor de las razones de su abdicación.Por un lado, el fallecimiento provocará, entonces, algunos hechos nunca vistos en la historia de la Iglesia Católica.Por ejemplo, el funeral a un papa estará encabezado por un papa. La muerte no llevará a la elección de otro. Y, finalmente, será destruido el anillo del pescador, emblema que lucen los papas en el anular de su mano derecha. Este anillo es legado de un papa a otro, pero en el caso de Benedicto XVI se construyó uno para que él siguiera luciendo el suyo y Francisco tuviera el propio.Entre los pocos antecedentes a la renuncia del papado aparecen la de Celestino V (1294), quien al parecer no estaba en sus cabales. La última había sido la de Gregorio XII, quien dejó el cargo en 1415 como “sacrificio” personal para solucionar una serie de conflictos eclesiásticos que dio en llamarse “Cisma de Occidente”.¿Por qué renunció el papa Benedicto XVI?
Ahora bien, ¿cuál fue la razón para que el 28 de febrero de 2013, Benedicto XVI acabara renunciando? Las excusas oficiales no tienen por qué ser rechazadas de antemano y hablaban de una debilidad de salud que le impedían a Ratzinger entregarse a pleno a su papado. Según el propio obispo: “Llegué a la certeza de que mis fuerzas, debido a una edad avanzada, ya no son aptas para un adecuado ejercicio del ministerio petrino”. Otras voces, sin embargo, han hablado de un debilitamiento en otro sentido: el que sintió el Santo Padre de los católicos por diversos escándalos y también por una intención de miembros de la iglesia que habrían propugnado un aire más progresista en la Iglesia. El alemán cargaba con una fama de conservador, a veces poco justificada si se tienen en cuenta cuestiones como que fue el primer papa en hablar del uso del preservativo como un “acto de responsabilidad” en casos puntuales.Sin embargo, otra de las hipótesis que se manejan resulta, para muchos, más inquietante. Y tiene que ver con la aparición de una “noche oscura del alma”, que se extendió hasta el fin de sus días. Con ese término se hace referencia al célebre poema de San Juan de la Cruz, poeta y místico español, que hace referencia a un momento de duda de la fe.En el caso de Ratzinger estamos no sólo ante un papa y nada más, sino a un teólogo y filósofo de gran magnitud, autor de textos notables, además de sus encíclicas y conferencias. Entre estas últimas, hay una que destaca sobremanera: el “Discurso de Ratisbona”, cuyo título original era “Fe, razón y la universidad: recuerdos y reflexiones”, y fue pronunciado el 12 de septiembre de 2006. Allí, reflexionaba sobre el entrelazamiento de fe y razón y tuvo un capítulo polémico por una dura referencia al Islam.Esas reflexiones de Ratzinger sobre la fe dieron origen luego a un libro, editado en español bajo el título Dios salve la razón. En él, como cuenta la presentación del volumen, “diversos intelectuales de primera línea, provenientes de diferentes países, tradiciones religiosas y posiciones culturales, se dan cita en este libro para recoger el desafío planteado por Benedicto XVI en su célebre lección magistral en la Universidad de Ratisbona en septiembre de 2006: ampliar la razón. Desde diferentes perspectivas, coinciden en proponer un nuevo humanismo que integre de manera nueva la relación entre fe y razón”.El texto más notable de ese volumen no era el del propio Benedicto XVI, sino el de un filósofo que escribía en castellano: el español Gustavo Bueno, un “ateo católico”, autor de un sistema materialista y probablemente el más notable filósofo de habla hispana de todos los tiempos. Su artículo, tan brillante y contundente, fue leído por el propio Ratzinger y, se dice, lo llevó a largas reflexiones. En él, Bueno decía que el Dios de las grandes religiones no es en sí racional, sino que ha sido la Iglesia la que ha “salvado la razón” para la tradición histórica, y ha permitido el desarrollo de imperios y culturas que hoy destacan en el mundo.Consultado el propio Gustavo Bueno sobre si su texto habría dinamitado la fe del pontífice, este respondió: “Me han dicho algo así. No tengo ninguna razón para creerlo o para dejarlo de creer. Parece ser que lo leyó. (...) No creo que mi artículo de 2008 le haya planteado dudas de fe al papa, en todo caso habría ahondado en un proceso que vendría de más lejos”.En esa posibilidad ahonda el profesor de filosofía Yago de la Cierva, quien trabajó en oficinas del Vaticano y para el Opus Dei. Para él, estuvo muy claro el porqué de la renuncia: “el único modo en que se consigue entrever qué puede pasar por la mente y el corazón del Papa es una crisis espiritual”. Podríamos agregar: el único modo de entender el sintagma “crisis espiritual” es pensar en una pérdida de la fe.Un último dato anecdótico podría terminar de confirmarlo. En mayo de 2006, Benedicto XVI se detuvo a orar ante el “muro de la muerte” de lo que fuera el campo de concentración de Auschwitz, levantado por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Allí fueron torturadas y asesinadas, según algunos cálculos, más de un millón de personas. Conmovido, Ratzinger exclamó en italiano: “Sólo se puede guardar silencio, un silencio que es un grito hacia a Dios: ¿Por qué, Señor, permaneciste callado?, ¿cómo pudiste tolerar todo esto?”.Esas palabras de reproche a la divinidad, venidas de parte nada menos que de la máxima autoridad católica en el planeta (un apóstol de Cristo, según la creencia) no pueden ser ignoradas.Tal vez ese brillante teólogo que fue Joseph Ratzinger tuvo su noche oscura, sólo que el azar le llevó a sufrirla siendo nada menos que Papa. Su inédito retiro, que lo recluyó hasta el fin de sus días, permitió tal vez una paradoja: que un papa no creyente fuera el que acaba de morir.Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 3:28 p. m. | Etiquetas: Artículos del autor, Cristianismo | 8 comentarios |
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¿Qué es el Materialismo Filosófico?
lunes, febrero 11, 2019
Gustavo Bueno.
Sistema filosófico desarrollado por Gustavo Bueno (1924-2016)Definición en la Enciclopedia Symploké (actualmente con enlaces caídos)
Materialismo: Doctrina filosófica que considera que la omnitudo rerum (la totalidad de las cosas) es la materia. A pesar de esta definición tan simple, el materialismo no puede considerarse como una doctrina unívoca, pues puede hablarse de un materialismo corporeísta, que reduzca al primero de los géneros de materialidad todos los entes (o al segundo o tercer género de materialidad, según otros tipos de formalismos). Asimismo, puede hablarse de un materialismo filosófico, de un materialismo dialéctico, que supone que existe una transición desde la Naturaleza al Espíritu, expresado ahora en términos positivos por medio del materialismo histórico; la doctrina que supone que los fenómenos de la Economía Política son la base y la causa de las realidades históricas y sociales, etcétera. La opción por alguna de las doctrinas materialistas ha de ser dialéctica, en el sentido de mostrarse más potente que sus alternativas.
Materialismo, en el sentido ontológico especial, o «materialismo cósmico», es la doctrina de los Tres Géneros de Materialidad {M1, M2, M3}. La materia ontológico-especial puede representarse del modo siguiente: Mi = {M1,M2,M3}. «Mundo» designa el conjunto de entidades físico-empíricas, corpóreas, que constituyen el Primer Género (M1). «Alma» designa el conjunto de fenómenos de la «vida interior» psicológica e histórica, es decir, el contenido del Segundo Género (M2). «Dios» se corresponde con el Tercer Género de Materialidad (M3). Dios es el depósito de las esencias eternas con respecto a las cuales el mundo y las almas están gobernadas según un orden invisible.
Materialismo, en Ontología general, es el resultado de una metodología crítica: la crítica a la tesis de la unicidad del ser. La Idea ontológico-general de Materia (M) la entiende Gustavo Bueno como la Idea de la pluralidad indeterminada, infinita, en la que «no todo está vinculado con todo» (negación de un orden o armonía universal). La característica esencial del concepto de Ser, o de Materia ontológico-general, estriba en su aspecto regresivo: la Materia ontológico-general no sólo designa las realidades mundanas, sino también las transmundanas, incluso las anteriores al tiempo, anteriores al sistema solar, anteriores a la constitución de los átomos. Bueno llama mundanistas a todas aquellas concepciones que afirmen que los géneros mundanos {M1, M2, M3} están incluidos en la Idea de Materia, pero que, a su vez, la Idea de Materia no rebasa ese ámbito mundano, ontológico-especial, sino que se pliega a él. Llama materialismo, en sentido ontológico-general, a todo tipo de concepciones que partiendo de la inmersión de los materiales mundanos en la Materia ontológico-general, defienden la regresión real de la Idea de materia y, por tanto, la tesis de que la Materia ontológico-general no puede considerarse reducida a las materialidades cósmicas.
Cuando desde M se adscribe {M1, M2, M3} al mundo, se abre la posibilidad de coordinar estos géneros a un «centro del mundo» (Ego trascendental, designado por E) desde el cual intentaremos «reconstruirlo científicamente». La constitución del sujeto en cuanto Ego trascendental puede ser considerada como el proceso recurrente de un paso al límite de las relaciones de identidad (terciogenéricas) al que tienden los sujetos operatorios (segundogenéricos, alineados en el eje pragmático: autologismos, dialogismos, normas) en tanto interactúan, a través de sus individuos o términos corpóreos (primogenéricos) en el proceso de constitución del Mundo. Los tres géneros de materialidad se coordinarán con los sectores del eje sintáctico y a través de los sectores del eje semántico del espacio gnoseológico: los términos (de los diversos campos de las ciencias), a través del sector fisicalista, se coordinarán con los contenidos primogenéricos; las operaciones (a través de los fenómenos) con los contenidos segundogenéricos; y las relaciones (a través de las esencias) con los contenidos terciogenéricos. Cuando consideramos los tres géneros desde la perspectiva de los sujetos operatorios (que convergen en un punto E, que no es trascendental en virtud de ciertas funciones a priori de su entendimiento, sino en virtud del propio ejercicio, in medias res, de los sujetos operatorios) los contenidos terciogenéricos tenderán a ser puestos bajo el control de M2, por cuanto éste aparece en su génesis. Pero cuando los consideramos desde la perspectiva de M, estos «canales genéticos» pueden desvirtuarse, de suerte que M3 pasa a verse como una «refracción» de «algo de M» en cuanto a su estructura, independientemente de su génesis.
Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 3:13 p. m. | Etiquetas: Materialismo | 10 comentarios |
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Reflexiones para Semana Santa
viernes, abril 14, 2017
En los maravillosos años de las tertulias que tenían lugar en RAZÓN ATEA –el blog del filósofo, escritor y periodista mendocino Fernando G. Toledo— pude aprender y enriquecerme con los participantes en los mismos.El materialismo filosófico lo encarnaba el propietario de la página. Fernando Cuartero y Atilio desarrollaban sus argumentos como escépticos formidables y siempre con una base científica que hacían inquebrantables sus conclusiones. Recuerdo –le he perdido la pista— al teísta católico que se hacía llamar Dark Packer. Había muchos más, iconoclastas la mayoría, sabios todos, poseedores de una oratoria y sintaxis dignas de los mejores alumnos, los «cerebritos», los que sufrían bullying porque los mediocres no soportaban su superior intelecto. En mi corazón hay un sitio especial por ese mexicano esteta y amante de toda manifestación cultural, religiosa o no, que murió trágicamente hace ya tres años: Enrique Arias, «Ariastóteles». De él aprendí el valor supremo de la belleza como motor de la vida, así como el ensimismamiento ante la brutal maravilla que nos rodea, creada por el hombre o la naturaleza.Con las redes me he encontrado con antiguos amigos y he hecho amistades cibernéticas nuevas. Sacerdotes, músicos, políticos de todas las ideologías, profesores, artistas, creadores, obreros, empresarios, etc. La variedad de la sociedad es infinita y los posicionamientos ante la vida van a la par.Por consiguiente, todos los años se han generado debates antes de comenzar las festividades religiosas cristianas. Me gusta que existan, pero creo que me tengo que definir de forma radical. Soy escéptico, laicista y creo firmemente que por el bien de mi patria y de las religiones, el estado laico (o aconfesional, que es lo mismo pero «no e iguá», que diría Martes y 13) es el único aceptable.Asimismo, en todo estado laico deben existir convenios con las religiones y con otras asociaciones para celebrar actos públicos que se consideren de interés cultural, antropológico y económico para todos.
Aquí es cuando empiezo a chocar con el resto de laicistas. Creo firmemente que las administraciones públicas deben ser partícipes activas en las procesiones de Semana Santa, al igual que en los desfiles de Carnaval o en las celebraciones de conmemoraciones de éxitos sociales conseguidos en el pasado, como son el 1 de mayo o el día del orgullo gay.El Estado debe apoyar la riqueza de la nación y las manifestaciones que suceden estos días lo son de forma incuestionable. Son bellas y muy especiales. En muchos lugares de España salen a la calle obras maestras de la escultura barroca, la puesta en escena es variopinta e intensa. Siempre me planteo que si la seriedad con la que millones de españoles organizan los actos de estos días se extrapolara al resto de las funciones, seríamos la primera potencia mundial.Por último y no menos importante: la Semana Santa es una gran fuente de ingreso económico. Una ciudad pequeña como la mía [Cuenca] multiplica por tres su población en Jueves y Viernes Santo. No hay ideología, por muy racional que pretenda ser, que justifique la pobreza o la eliminación de un negocio sostenible, no contaminante y que provoca todo tipo de sentimientos.Como conclusión: quiero un estado laico, que sea neutro ante las religiones pero que las admita en el ámbito público cuando el beneficio es para todos. Quiero el sonido del almuecín en la mezquita, las campanas de los templos católicos y sobre todo, quiero escuchar nuevamente las dos Pasiones de Bach y seguir conmoviéndome. Quiero que mis entrañas se retuerzan a pesar de que la neurociencia logre entender el porqué de todo ello.
(*) Publicado originalmente en el blog Entre fusas anda el juego.Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 10:24 p. m. | Etiquetas: Cristianismo | 5 comentarios |
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Adiós a Gustavo Bueno, el Platón de nuestros tiempos
sábado, septiembre 10, 2016
Gustavo Bueno en 2006 (gentileza: Fundación Gustavo Bueno) Publicado en diario Los Andes (Argentina) y en El Catoblepas (España)a historia está hecha de pasado. Esto suena a verdad ridícula, por lo flagrante, y sin embargo toma relevancia cuando sucede lo inusual: cuando uno descubre, recién instalados, los cimientos sobre los cuales grandes edificios habrán de levantarse.La muerte, el domingo 7 de agosto, del filósofo español Gustavo Bueno (1924-2016) nos pone frente a este espectáculo: el de haber sido contemporáneos de un hombre del que van a hablar las próximas generaciones. Haber vivido en los tiempos de Bueno es como haber sido contemporáneo de Platón.La estela del pensamiento de Bueno comenzó, para muchos, en 1970, cuando la editorial Ciencia Nueva de Madrid publicó un libro titulado El papel de la filosofía en el conjunto del saber. Pocos acaso podían predecir que era el primero de una serie que iba camino a la construcción paulatina de un sistema filosófico con pocos parangones: una elaboración que iba a poner a Bueno a la altura de titanes filosóficos como Platón, Aristóteles, Santo Tomás, Descartes, Spinoza, Kant, Hegel o Marx.El materialismo filosóficoDos años más tarde de su «ópera prima», Bueno iba a publicar Ensayos materialistas, un portento de 470 páginas que sentaría las bases ontológicas de su filosofía, y que en ese libro, ya se autoimponía un nombre: el «materialismo filosófico». Allí Bueno establecía, contra el materialismo dialéctico vigente y contra todos los espiritualismos, una nueva manera de entender la materia. Su descubrimiento –así lo llamaba el mismo filósofo–, era que había dos planos: el de la materia general (indeterminada) y el de la materia especial (mundana). Esta última está compuesta por tres géneros que conforman el «aspecto del mundo»: la materia física (M1), la materia psicológica (M2) y la materia ideal o esencial (M3).Esa pluralidad de la materia era un hallazgo brillante, que hacía derrumbar el gran ingrediente metafísico (en sentido peyorativo) de otras filosofías: el monismo. Porque, decía Bueno inspirándose en la symploké de Platón, ni todo está relacionado con todo (monismo) ni todo está desconectado de todo. Y es gracias a eso que podemos conocer el mundo.Dedicatoria de Gustavo Bueno al autor
de este artículo, en un ejemplar
de La fe del ateoUn portentoso sistemaYa puesta la piedra basal, ontológica, Bueno avanzó hacia la gnoseología, y lo hizo con su brillante y monumental Teoría del cierre categorial, que es una lección contra las baratijas pseudofilosóficas de muchos fundamentalistas científicos.Luego, el filósofo siguió por la antropología, con notables artículos y libros, entre los que destaca una filosofía de la religión que aún sorprende, y que pone el origen de lo religioso en los «númenes» bestiales, algo que se entiende con la fórmula: «El hombre creó a Dios a imagen de los animales».La obra que contenía ese estudio (El animal divino) se completó luego con otras como Cuestiones cuodlibetales sobre Dios y la religión y La fe del ateo. Dio con ellas, también, una definición de su ateísmo que descolocó a los incautos, ateos y creyentes por igual.Bueno siguió trazando arquitectónicamente su sistema, y también abarcó la ética (destacan sus libros El sentido de la vida y El mito de la felicidad), la economía y la estética. Y, por supuesto, también se metió con la política, dejando como principales, entre muchas, dos obras en espejo: El mito de la izquierda y El mito de la derecha. En ellas deja en claro, con su célebre capacidad trituradora de conceptos, que hoy en día la distinción derecha-izquierda carece de sentido.Un filósofo en el barroLa imagen que podemos hacernos de Gustavo Bueno con este esbozo podría ser la de un «intelectual» (palabra que le repugnaba), que desde su torre de pensamiento pontifica contra la especie humana. Nada más alejado de la realidad.El filósofo, que había nacido en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) y estudiado en su ciudad, en Zaragoza y en Madrid, había comenzado como profesor de un instituto secundario de señoritas en Salamanca. Pero luego ganó una cátedra en la Universidad de Oviedo (Asturias), donde se instaló para siempre, y desde donde irradió su obra y creó su escuela, que hoy tiene seguidores diseminados por el mundo.En Oviedo también, vivió episodios que mostraron su entereza. Allí fue perseguido por el franquismo, que lo consideraba «marxista». Allí bajó una vez a las profundidades de la tierra para dar un discurso memorable a los mineros asturianos. Allí sufrió atentados de la «izquierda» y de la «derecha» (le arrojaron un tarro de pintura una vez, que por poco lo deja ciego). Allí también forjó discípulos que comenzaron a ramificar su filosofía. Allí fundó y dirigió publicaciones, como la notable El Basilisco.Pero, como decíamos, Gustavo Bueno jamás le rehuyó al combate cuerpo a cuerpo con las cuestiones candentes de la actualidad. Así, se dedicó a hablar nada menos que del programa Gran Hermano y a participar de tertulias televisivas que muchos españoles hoy recuerdan, dada la vehemencia, claridad y el carácter polémico de lo que Bueno era capaz de volcar en un medio tan repelente a la filosofía como la pantalla catódica.Esa presencia mediática fue a veces vista con desconfianza. No por nada un colega le protestó una vez al riojano que «trivializara» a la filosofía llevándola a la TV. Bueno le dio una respuesta memorable: «¿Y cuántos teoremas has demostrado tú mientras tanto?».Con esas apariciones televisivas –y con artículos que dejaban muchas veces «heridos ideológicos» a diestra y siniestra– el filósofo alcanzó una fama popular que le granjeó enemigos y admiradores.Entretanto, como a hombre de dos siglos, le tocó convivir con nuevas tecnologías. Y fueron estas las que algunos de sus seguidores (especialmente su hijo, Gustavo Bueno Sánchez) utilizaron para comenzar a difundir su pensamiento. Establecida una fundación que lleva su nombre a poco que le llegó una jubilación forzada por cuestiones ideológicas, la obra de Bueno empezó a difundirse en la red con revistas digitales como El Catoblepas y con la difusión de numerosas de sus obras y videos didácticos del propio filósofo.Gustavo Bueno en plena escritura. Última foto del filósofo, tomada
por su nieto, Lino Camprubí (18 de julio de 2016).El legado de un giganteEsa difusión de su obra es la que patentiza, como nunca, la potencia y la potencialidad, valga el juego de palabras, que su filosofía encierra. Sucede que el materialismo filosófico tiene tal capacidad «lumínica» que se asemeja a una herramienta, a un cincel, a un microscopio o a un martillo. Con él se trabaja para avanzar sobre lo pedregoso del mundo de las ideas. Con él también se pone en evidencia a ciertas concepciones delirantes y divagantes de la filosofía contemporánea, muchas de las cuales ocupan con ocio autosatisfactorio las cátedras universitarias.Como a todo individuo finito, la muerte biológica hubo de llegarle a Bueno, y esto sucedió a sus 91 años, cuando aún continuaba trabajando, escribiendo y polemizando con la misma lucidez de siempre. Su muerte llegó a los dos días del fallecimiento de su esposa. Ese gesto, involuntario quizá, mostró que «nada de lo humano le era ajeno». Ni siquiera el amor, o más bien, el dolor que el amor ausente causa.Con el punto final de su vida, la obra de Bueno queda en evidencia, como un legado. Un legado al que ni siquiera le hace falta esperar que corra el río de la historia. Es tan contundente que nos dice a gritos que con él ha muerto no ya el filósofo más importante de la lengua española (sí, más que Balmes, que Unamuno, que Ortega y Gasset): con él ha muerto el Platón de nuestro tiempo.
Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 5:49 p. m. | Etiquetas: Artículos del autor, Materialismo | 6 comentarios |
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Cómo las religiones se esparcieron por el mundo
martes, julio 14, 2015
Con este magnífico video celebramos los 10 años de Razón Atea.
Por Fernando G. Toledo
Un hombre adulto vive días aciagos. Ha sufrido un grave accidente en bicicleta del que con dificultad se ha recuperado. Está casi sordo. Está atravesando una depresión. El hombre, semianalfabeto, habla poco y en esos instantes dice para sí lo poco que sabe: una oración. De pronto, ve ante él a una imagen de la Virgen María (a quien estaba rezando en ese momento). Su sordera le impide oír otra cosa que voces interiores que le dejan mensajes. Ese es el germen del culto a la Rosa Mística, que atraerá devotos en la Mendoza natal del hombre, una provincia de Argentina, un país que, como el resto de la porción del continente que integra, está dominada por el cristianismo.
Mucho antes, algo similar le sucedió a Bernadette Soubirous, una adolescente francesa, analfabeta, quien dijo haber visto casi una veintena de veces la imagen de la santa (santísima) Virgen María.
En otro lugar del mundo, el piadoso musulmán Keyhand Mohman ve una foto satelital del continente africano y se estremece: Alá («el único Dios») ha estampado su firma en el planeta que ha creado. Así lo prueba lo que ve: su nombre, formado por los colores de los árboles, en un sector del África.
Como vemos, cada cual ve lo que quiere, o lo que su religión le permite. Difícil será encontrar a un budista que vea una zarza ardiendo que diga «yo Soy el que Soy», o un Testigo de Jehová a quien la Virgen le esparza aromas de rosa en su habitación. Cada milagro parece, curiosamente, tallado a imagen y semejanza de la fe de cada uno. Algo extraño: si los milagros fueran manifestaciones de cualquiera de los dioses reales, ¿por qué habrían de expresarse justamente ante los que ya creen en ellos?
El argumento es sencillo y contundente. La web Business Insider (cuyo nombre puede ser traducido como «Dentro del Negocio»), ha puesto el foco en un negocio de larga data: el de las religiones. Y lo ha hecho a través de un mapa animado que muestra cómo se expandieron y cómo dominan actualmente los diversos territorios del planeta.
A 10 años de la creación de este blog, nos parece una buena manera para seguir reflexionando sobre cómo las religiones siguen vigentes. Y, por supuesto, también su crítica. Que es lo que se propone desde este espacio.
Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 8:42 p. m. | Etiquetas: Artículos del autor, Cristianismo, Islam | 63 comentarios |
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Irlanda impartirá lecciones sobre ateísmo en algunas escuelas
martes, octubre 08, 2013
Una de las imágenes promocionales de Educate Together.
16.000 alumnos de la red Educate Together podrán recibir las clases. Seguirán los principios orientadores de Toledo
Walter Oppenheimer
Publicado en El País de Madrid
Algo se mueve en la católica Irlanda. Antes del verano, el Parlamento aprobó lo que en otros países puede parecer una modesta reforma para facilitar el aborto pero en la república constituye una novedad importante al permitir interrumpir un embarazo para proteger la vida de la madre. Y ahora llega el ateísmo a las escuelas. Bueno, a algunas escuelas: las que gestiona Educate Together y no están adscritas a ninguna fe en particular. Y no es que llegue el ateísmo, sino la posibilidad de aprender qué es.
Las lecciones se van a basar en los llamados principios orientadores de Toledo sobre la enseñanza acerca de religiones y creencias en las escuelas públicas, llamados así porque fueron aprobados por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) bajo presidencia española en esta ciudad, una de las que mejor representan la importancia pero también la convivencia de distintas religiones.
Irlanda Ateísta, encargada de poner en práctica un programa piloto en septiembre de 2014, advierte en su página web que se trata de «enseñar acerca del ateísmo, no de enseñar ateísmo». «Irlanda Ateísta tiene ya casi cinco años de edad y nos hemos establecido como parte de un discurso social y político sobre religión y secularismo en Irlanda y a nivel internacional», explican. «Promovemos el ateísmo y la razón por encima de la superstición y el supernaturalismo y promovemos un Estado ético y secular». Las lecciones durarán entre 30 y 40 minutos y el objetivo es extenderlas a los 16.000 alumnos de la red de Educate Together, que en 2011 tenía 60 escuelas frente a las 2.884 de la Iglesia Católica.
El anuncio de este programa piloto se ha producido en paralelo a otro anuncio de importancia semejante, si no superior: la apertura por el ministro de Educación, Ruairí Quinn, de un proceso de consulta sobre inclusión religiosa y cultural en las escuelas primarias. Ese proceso coincide a su vez con la firma por primera vez de un acuerdo por el que una escuela primaria pública católica, los Hermanos Cristianos de Basil Lane, cerca de Dublín, va a ser absorbida por Educate Together, que ofrece una educación multifé. Aún hoy, el 93% de los alumnos irlandeses estudian en escuelas católicas.
Ese proceso de consultas busca asegurar que las escuelas acepten estudiantes con independencia de su religión, establezcan políticas de conducta de las escuelas en relación a celebraciones religiosas y culturales y aseguren que sus consejos de dirección reflejen la diversidad de su comunidad local.
Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 12:18 a. m. | Etiquetas: Ateísmo | 35 comentarios |
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Un «monumento al ateísmo» en EEUU
lunes, julio 01, 2013
Miami (EE.UU.)– El primer monumento al ateísmo en suelo estadounidense fue inaugurado el 29 de junio, a pocos metros de otro dedicado a los Diez Mandamientos, en Starke, una pequeña ciudad en el norte de Florida y considerada profundamente cristiana.«No queremos provocar a grupos cristianos ni a nadie, pero si lo toman así qué le vamos a hacer. Sólo tratamos de ejercer nuestro derecho bajo la Primera Enmienda» a la Constitución, que reconoce la libertad de expresión, señaló recientemente a Efe Dave Muscato, director de comunicaciones de American Atheists, responsable de la instalación.Y es que esta inauguración de signo secular y descreído ha levantado ampollas entre muchos vecinos de esta pequeña y muy cristiana población de apenas 5.000 habitantes del condado de Bradford.El monumento consiste en un monolito de granito gris de unos 680 kilos de peso con una estela con citas de Thomas Jefferson, Benjamín Franklin, John Adams y Madalyn Murray O’Hair, fundadora de la organización American Atheists.Su construcción se decidió después de que la organización decidiera demandar al condado el año pasado por violar la Primera Enmienda a la Constitución, que también contempla la separación de la Iglesia y el Estado, ya que el monumento erigido para honrar los mandamientos bíblicos estaba instalado junto a la sede de un tribunal, en un terreno público propiedad del Gobierno local.Ante ello, las autoridades, para evitar un proceso por demanda en los tribunales, pidieron a los responsables de la colocación del monumento religioso que retiraran la obra.De repente, contó divertido Muscato, el condado se encontró con un doble problema: la negativa de los cristianos a retirar su monumento religioso, con una amenaza de demanda por parte de estos si las autoridades procedían a quitarla, y la propia exigencia de American Atheists.Finalmente, en una sesión de mediación o arbitraje, se acordó que permaneciera en el mismo lugar el monumento a los Diez Mandamientos y que los ateos pudieran instalar su propia obra, a pocos metros de la primera.La pieza de piedra de granito en forma de banco cuenta con una estela de casi 1,5 metros de altura en un lateral, en una de cuyas caras se lee un texto de la presidenta de American Atheists, Murray O’Hair, y aparece el nombre de la organización.Una de las frases grabadas en el monumento dice: «Un ateo cree que se debería construir un hospital en lugar de una iglesia».Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 12:23 p. m. | Etiquetas: Ateísmo | 6 comentarios |
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El poeta material
domingo, junio 02, 2013
Luis Benítez (*)Hace apenas 600 años, la cultura occidental comenzó a liberarse de la muchas veces milenaria noción sobrenatural de la realidad y colocó al hombre en el centro del universo, del mismo modo que, míticamente y bastante tiempo antes, el joven Zeus arrojó a su padre Cronos de la primacía, para reinar él en su lugar.Para la cultura occidental, el universo se transformó en una suerte de gran mecanismo de relojería, cuyas leyes había que descubrir y aprovechar.Luego, hace poco más de 100 años, la cultura descubrió algunas cosas más: que la inmensa, mayor parte del universo seguía siendo desconocida, que cuando más conocía del universo simplemente descubría que era menos lo que sabía de él y que el hombre no era el centro del cosmos, sino apenas una parte más, aunque, hasta donde sabemos, la única capaz de reflexionar sobre sí misma y sobre cuanto la rodea. O sea: el hombre es la materia que reflexiona sobre sí misma.Si buscamos una fuente de conflictos, ninguna nos dará tantos argumentos, tantas posibilidades como esta condición, que es la de lo humano. Ello, porque desató inmediatamente un mar de contradicciones, antagonismos, deseos reñidos con la razón, razones que chocaron y chocan contra la evidencia.¿Cómo, la materia que reflexiona, puede comprender quién es ella y qué cosmos habita, cuando comprende que cuanto ve y define está teñido por la subjetividad, rasgo constitutivo del que no puede escapar, porque éste es, precisamente, una parte intrínseca de ella? Así lo Real, la esencia misma de la materia, escapa siempre de los alcances de la materia que piensa, el hombre.Aquí volvemos a evocar, una y otra vez, las palabras siempre exactas de Jorge Enrique Ramponi: «El hombre quiere amar la piedra, su estruendo de piel / áspera: lo rebate su sangre, / pero algo suyo adora la perfección inerte».Porque la poesía ha sido siempre, felizmente, no sólo territorio de mistificaciones y de monederos falsos, de componendas y adulteraciones, como lo han sido y lo son todas las actividades humanas, es que ha encarado también la resolución –imposible, seguramente, al menos dentro de las capacidades actuales de la mente- de este enigma que alguna vez Edipo escuchó de los labios de una Esfinge.La auténtica poesía siempre se ha distinguido más por los alcances de sus fracasos que por los de sus aciertos y el solo hecho de que se proponga resolver el enigma de lo material pensando lo material, como lo hace la genuina poesía contemporánea, da una idea aproximada de su valor. Valor, también en el sentido de coraje.Porque hay que ser muy valeroso, también, para dejar de lado las modas literarias, refugio seguro de los que no tienen nada que decir pero lo hacen; de aquellos que creen que la poesía es mera forma y no forma y sentido, tan bien amalgamados que la una está en el otro «como la madera en el árbol», feliz definición de otro gran poeta, el chileno Vicente Huidobro. Se debe ser muy atrevido para avanzar por lo desconocido buscándolo en cada verso, como lo hace lo que se dio en llamar una «poesía de ideas», como si alguna vez la poesía pudiera escribirse a sí misma sin tenerlas. Hay que ser muy valiente para siquiera intentar, simplemente, ser poeta.Yo admiro muchas cosas en la poesía de Fernando G. Toledo y una de ellas es su valentía.Fernando G. Toledo (foto de Camila Toledo). Porque arriesga todo sin saber si va a encontrar algo en lo desconocido y como queda dicho, todo lo es en nosotros y en el universo que habitamos. Porque recogió el guante de lo material y su poesía atiende a resolver el enigma desde lo material; podemos decir que Toledo es el poeta de lo material consciente, aquella avanzada.Así, en su último libro, Mortal en la noche, el autor describe sus itinerarios con plena conciencia, cuando dice en uno de sus textos más logrados, Ateo poeta: «Exento de piedad, supersticiones, / Y fábulas de vacua trascendencia, / Rodeado de mitos bimilenarios / Y una corte de anchas apologías, / El poeta materialista ensaya / (No sin pasión, con algo de pudor) / Un modesto lamento de inmanencia».Los versos anteriores son una verdadera ars poetica, una clave importante para indagar en la multitud de significados que contiene este breve pero intenso y muy hondo volumen, que requiere de repetidas lecturas para acceder a los registros que hace el autor.Ello, no por la oscuridad de su expresión, que no hay tal: Toledo usa muy bien un lenguaje engañosamente simple para involucrar en un solo verso una vasta polisemia; en dos versos la combinación de las relaciones establecidas entre ellos; en tres, un despliegue de sentidos que seguirá multiplicándose hasta el verso final, cuando como en una cámara de espejos, el poema todo –a su vez– se combine con las polisemias provenientes de los otros poemas que encontramos en Mortal en la noche, para pintar una atroz y fascinante universo, allí donde la condición humana, la de materia que se piensa a sí misma, fracasa una y otra vez, tal es su destino, en fijar sus límites y poder nombrarlos; esa es, precisamente, su grandeza. Que alguien pueda escribirlo, es una hazaña más de la poesía contemporánea.Mortal en la noche es una Capilla Sixtina a la que le falta, felizmente, Dios.(*) Buenos Aires, 28 de abril de 2013.
Seis poemas deMortal en la noche
Gesto en el universo
La abundancia sideral del mundo allá afuera
No parece bastarme por sí misma: busco
Entre toda esa madeja algo que volcar
En un poema.
Pero un perro se hace oír a lo lejos
Resolviendo antes que yo sus asuntos,
Y pienso en esto que ahora
Voy a poner por escrito:
Un ladrido como un acto reflejo
Contra algo que se mueve en la noche.
*
Codo a codo
El médico es ecuánime: concede
La heroica salvación de su paciente
A la pericia de los cirujanos
Y a que la bala «sólo por milagro»
(Ya que no de otro modo ha de llamarse)
Arrancó apenas parte del cerebro,
Dejando en manos de la medicina
El tramo sangriento del salvataje.
Digamos que fue un trabajo en equipo.
Los doctores removieron pedazos,
Soldaron el cráneo, hicieron suturas,
Y Dios consintió un disparo preciso,
Suficiente para una hemiplejía,
Pero no para matar, por ahora,
Al hombre del que va a encargarse luego.
*
Schumann al caer la tarde
Sopor, un hilo de música
Tenue y un cuerpo,
Como un quiste,
En el blanco pozo de la tarde.
Pero en un instante
Todo va a cambiar:
El sueño, lo mudo,
La prolija putrefacción,
O esto que se escribe,
O por fin la noche.
*
Caza mayor y menor
Como un desconocido estás, de nuevo,
Saliendo del lugar de la reunión,
Huyendo de un bullicio que te infecta,
Que corre por los techos y paredes
Como si fueras la presa a atrapar
Por el sonido infalible del mundo.
Quedan en paz las voces, a lo lejos.
Pero solo aquí, en un cuarto vacío,
Persiste igual la tenaz cacería,
Que toma la forma reconocible
De algún recuerdo que no deseabas,
O tan sólo de tu voz interior
Que es también una peste
Y que ahora te alcanza.
*
Ego trascendental
Levanto el pie tras el aullido y descubro
El gajo de vidrio que abrió la carne
Con toda la eficacia que regala
La ley de la gravedad. Miro la epidermis
Hecha trizas, el flujo de glóbulos que pugnan
Por escapar de mi cuerpo como de un siniestro,
Y de pronto allí, sentado y entre lamentos,
Recorro los pliegues del dolor. Soy
Un haz de luz que cifra y descifra
Los pulsos de un escándalo neuronal
Anunciando la emergencia a todo el cuerpo,
Un haz que recorre el trozo de cristal
Y la piel desnuda, la vibración nerviosa
En un extremo lejano al cerebro
Y la respuesta en el quejido o la mueca,
La medida y la conciencia de la herida:
Fogonazo irreductible
De materias en contacto
En el revoltijo múltiple de una realidad
Dentro de la cual mana,
Lentamente, un hilo de sangre.
A Gustavo Bueno
*
Ateo poeta
Exento de piedad, supersticiones,
Y fábulas de vacua trascendencia,
Rodeado de mitos bimilenarios
Y una corte de anchas apologías,
El poeta materialista ensaya
(No sin pasión, con algo de pudor)
Un modesto lamento de inmanencia.
Es tarde y el viento trae desechos
De plegarias como balas perdidas.
De pie a un costado u otro de la duda
Mira pasar esa oscura corriente
De la que (sabe) ya no beberá
Y enciende una fogata con los restos
De un texto difícil de corregir.
«Los teólogos corren peor suerte»
Dice en un verso para envanecerse,
Confiando en que su próxima herejía
Ya nunca deje descansar a Aquél
Que, aunque haya muerto, entretiene a los suyos
Con el Supremo Hedor de Su Cadáver.Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 1:05 p. m. | Etiquetas: Ateísmo, Letras | 31 comentarios |
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El catolicismo, en crisis
martes, febrero 26, 2013
Vacío, por Matteo Bertelli (en DeviantArt) Por Santiago ArmesillaPublicado en su página web.El retomar la redacción de mi tesis doctoral hace que no actualice la web con comentarios más a menudo estos días. Sin embargo, ahora que tengo algo de tiempecito puedo comentar sin duda la noticia del mes, la cual afecta a los más de 1.100 millones de católicos (esto es, de bautizados) que en el Mundo existen.
Unos 1.100 millones de bautizados por el Santo Sacramento, de los cuales desconozco el número real de practicantes fieles (de esos que realizan ceremonias católicas todos los días de su vida o de vez en cuando), desconociendo por igual, aunque intuyendo que son bastantes, el número de ateos católicos (categoría filosófica y sociológica rechazada por el propio catolicismo, por motivos obvios) y agnósticos católicos, los cuales niegan la existencia y/o la esencia de Dios (e incluso su idea), pero son, lo afirmen o lo nieguen, personas cuya forma de ver el mundo está totalmente influida y conformada por una cultura católica. En España hay mucho ateo católico, y también mucho agnóstico católico (podría haber más categorías, como "new age católico", como el magufo JJ Benitez), cuya «fe en la Razón frente a la superstición» se nota en su anticlericalismo: el peso mayoritario y casi único de sus críticas a la religión se la lleva la Iglesia Católica Apostólica y Romana, costándoles mucho trabajo, bien por pereza intelectual, bien por buenismo políticamente correcto (buenismo de bueno, no de Bueno) y relativismo o pluralismo cultural, la crítica a otras religiones con igual vehemencia, como el mahometanismo o el protestantismo, todo ello debido en buena medida a que son ateos y agnósticos católicos también muy influidos por las ideologías dominantes de las democracias de mercado pletórico: el liberalismo y la socialdemocracia.
Lo cierto es que el catolicismo está en crisis. La renuncia de Benedicto XVI (no se producía una renuncia papal desde 1455) ha sido todo un terremoto. Las especulaciones están a la orden del día, y no dejarán de estarlo jamás, pues la especulación ideológica es algo que siempre ha rodeado a la Iglesia Católica, como a toda institución importante a nivel cultural y político, y más del calado de esta, con una vida de más de 2000 años (recordemos la cita bíblica -Mateo 16:13-18-: «Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, que significa piedra, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella»). Esta cita bíblica es el fundamento divino de la santidad cristiana de la Iglesia Católica, por mucho que les pese a los protestantes, que afirman erróneamente que el catolicismo pasa de la Biblia. No pasa, sencillamente tan importante es la Biblia como la tradición (las cosas que se hacen en torno a la Biblia, en torno a la figura de Jesucristo) tanto antes de su existencia como después. Y en el después, la tradición es eminentemente la desarrollada, a través de diversas obras, de diversas instituciones, por la Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Dicho esto, y volviendo a la renuncia de Joseph Ratzinguer, los motivos de su renuncia son, a mi juicio, obvios: su estado de salud cada vez más precario, precarizado por disgustos como los del caso «Vatileaks» o por los bochornosos y criminales casos de pederastia masiva ocultados durante décadas por la curia católica. Casos de abominación sexual que ni el polémico Compendio Moral Salmaticense Según la Mente del Angélico Doctor, de Marcos de Santa Teresa, ha podido, con todo su poder moral (sic) evitar o suprimir. Un compendio moral que condena la homosexualidad como «pecado contra natura» (la sodomía en general), pero no explícitamente la pedofilia y la pederastia. Pues se condena el estupro pero no la pedofilia o la pederastia, hablando de un genérico y abstracto "modus innaturalis concubandi", en el que se incluyen y se explican como pecados las poluciones (las pajas), la sodomía o la bestialidad (la llamada zoofilia). Este solo hecho, esta falla en este tratado moral, por mucho que pueda fastidiar a sus defensores más acérrimos, muestra las fallas grandes, que explican muchas cosas –muchas aberraciones éticas, morales y políticas en el seno del «pueblo de Dios»–, acerca de la moral sexual de la Iglesia Católica, una moral sexual que le está costando la pérdida de credibilidad y de fieles evidente que todos, incluidos los ateos católicos, deben reconocer. Una moral sexual que, como muestra este Compendio Moral..., es, como ya dijo el materialista Alfonso Fernández Tresguerres, «un error desde el punto de vista biológico y una irresponsabilidad desde el punto de vista moral».Dicho esto, creo que, por el bien de la Iglesia Católica en particular, e incluso por el bien de la racionalidad en general, esta institución de más de 2.000 años necesita renovarse, en un proceso cuyas influencias no solo tienen que venir desde dentro de ella, sino también desde fuera. El nuevo Papa que venga, y los que le sucedan, si no quieren que el catolicismo sufra aún más un proceso de descomposición y degeneración análogo al que sufrió en su momento el comunismo (cuya Roma fue Moscú), deben renovar completamente el catolicismo, dándole la "vuelta del revés" sin abandonar sus dogmas básicos que son perfectamente defendibles y fundamentales para su recurrencia histórica institucional. Renovación que incluya, también y necesariamente, la revisión de tratados morales como el del Angélico Doctor que actuales ateos católicos, antiguos progresistas anticlericales malconvertidos al catolicismo sociológico, jalean como si fuesen fans de Justin Bieber.En definitiva: fuera de la Iglesia Católica no hay salvación, pero la salvación de la Iglesia Católica depende tanto de dentro como de fuera de ella.Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 11:43 a. m. | Etiquetas: Cristianismo, Materialismo | 76 comentarios |
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