Sospechas sobre la santidad del padre Pio de Pietrelcina. Revelan objeciones de Juan XXIII
© Cristina Taquini
ROMA- Cuatro notas escritas por Juan XXIII relativas a informaciones recibidas sobre el padre Pio, reveladas por el historiador Sergio Luzzatto en el libro Padre Pio. Milagros y política en la Italia del novecientos , despertaron un vivo interés y nuevas polémicas sobre el sacerdote franciscano canonizado en 2002.
En su libro, de próxima aparición y cuyo contenido ya fue anticipado en la prensa italiana, el autor revela testimonios que sacan a la luz las diversas miradas que en la propia Iglesia había sobre la figura de este santo muy popular en Italia y en otras partes del mundo, incluida la Argentina.
Las severas acusaciones, que incluyen relaciones con una mujer, no habrían sido atendidas durante los procesos de beatificación y canonización aprobados por Juan Pablo II.
«Hoy recibí informaciones gravísimas de monseñor Parente con respecto al padre Pio y San Giovanni Rotondo», escribe Roncalli el 25 de junio de 1960, en una de sus notas personales reveladas por Luzzatto.
«Con la gracia del Señor, yo me siento calmo y casi indiferente como frente a una enorme y dolorosa locura religiosa, un fenómeno preocupante que se encamina hacia una solución providencial» son las palabras del pontífice, que desde hacía tiempo pedía informaciones sobre el sacerdote franciscano.
«Lo siento por el padre Pio, que de todas maneras tiene un alma que hay que salvar y rezo intensamente por él», dice Juan XXIII en sus anotaciones, en las que revela, alarmado, el descubrimiento de parte de sus informadores de «relaciones íntimas e incorrectas con mujeres que constituyen su guardia pretoriana».
Hacía meses que el papa Roncalli recibía informaciones sobre el círculo de mujeres que rodeaba al sacerdote, un tema que lo preocupaba mucho más que los estigmas que el padre tenía en las manos, en los pies y en el cuerpo.
Según el autor del libro, Juan XXIII escribió en sus anotaciones personales palabras de fuego, al sentir que «lo que sucede en San Giovanni Rotondo es un inmenso engaño» y «un desastre para las almas». El informador del papa era Pietro Parente, asesor del Santo Oficio, quien a pedido del propio Juan XXIII había grabado algunas conversaciones en San Giovanni Rotondo, donde el sacerdote recibía ya miles de fieles, no sólo de Italia sino de todo el mundo.
Los apuntes de Juan XXIII son una de las partes más importantes del libro de Luzzatto, un laico de origen judío ajeno a los ambientes religiosos, que durante seis años estudió la vida del sacerdote de Pietrelcina.
El investigador evoca la desconfianza que el sacerdote franciscano, de carácter hosco y esquivo, despertó en los pontífices Benedicto XV y Pio XI. Pio XII alentó la devoción, fuertemente contrastada por Juan XXIII. Su sucesor, Pablo VI, le dio «plena libertad» para cumplir con su ministerio y con la gran obra de la Casa Alivio de los Sufrimientos, un moderno hospital al que hoy acuden pacientes de todo el mundo. Por su parte, Juan Pablo II siempre fue muy devoto del sacerdote de Pietrelcina y en su pontificado lo elevó al honor de los altares.
Los problemas para el padre Pio habían comenzado en 1920, cuando el Santo Oficio había enviado al padre Agostino Gemelli, un jesuita médico y psicoanalista, fundador de la Universidad Católica, a examinar al sacerdote con los estigmas que tanto preocupaba al Vaticano.
El veredicto del padre Gemelli fue lapidario: «Se trata de un hombre enfermo», un místico de clínica psiquiátrica. Más tarde, el hallazgo de que el sacerdote hacía uso secreto de ácido fénico, una sustancia fuertemente irritante, para curarse las heridas de los estigmas, provocó la sospecha de que se tratara de un caso de autolesiones.
Estos temas tratados en el libro de Luzzatto ya se conocían, advirtió el estudioso católico Vittorio Messori en el Corriere della Sera , aunque considera que la obra tiene «una gran seriedad investigativa y contempla en toda su importancia el fenómeno del padre Pio».
Vía: La Nación.
Más detalles sobre el santo del ácido:
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_7061000/7061988.stm
Poco hay que comentar. Sólo que eso demuestra, una vez más, que la Iglesia es una institución humana que no tiene nada de divina. La bajeza moral de dicha institución contrasta vergonzosamente con la que pretende representar.
Es realmente repugnante.
Un artículo periodístico se cura con otro:
http://moralyluces.wordpress.com/2007/11/03/
libro-sobre-el-padre-pio/
Hola a todos, sólo ando por aquí leyendo sin opinar por el momento.
Si me permiten, les dejo éste querido juguete:
Este argumento es lynguylylynguy.
Nada de lo que es lynguylylynguy es longololongo.
Todo lo que es válido, es longololongo.
Por lo tanto, este argumento no es válido.
Y sin embargo, lo es.
Saludos cordiales
Un tip para aquellos que tienen blogs (probado en Blogger).
A veces, cuando le ponemos un título que lleva acentos (como es el caso en esta entrada), Blogger elimina las letras acentudas, por lo que quedan enlaces un poco "fuera del castellano".
¿La solución? Al crear la entrada, poner el título de la entrada sin acentos ni eñes, ni otras "excentricidades" del castellano.
Publicar. El título queda bien. Luego, editar el título de la entrada para que quede en español.
Sólo para obsesivos.
¿Qué clase de moral es esa que considera a una persona mejor porque le sangren las manos y los pies? Si alguien pensaba en el Vaticano que el padre Pío era un caso patológico debía plantearse ante todo que era un caso consecuente con lo que predican.
Barullo, yo publico en Blogger y nunca he tenido ese problema; los acentos me salen a la primera en los títulos ¿dependerá del modelo de plantilla?
Quizá un hombre no se haga santo porque supere su humanidad, se haría santo a pesar de su humanidad. Decía Anthony de Mello algo así como (pues cito de memoria) que cuando Dios escoge a alguien para hacerlo santo, no aniquila su humanidad, antes bien, la usa para sus fines. Por eso yo creo en una Iglesia de santos, aun con todos sus humanos defectos. Por lo tanto, mis amigos, al menos los de la Iglesia, son santos, si bien estoy seguro de que algunos ateos, también son santos. Quedaría por verse qué es la santidad en términos humanos.
Este argumento es sobre lo que hizo en vida el Padre Pío (qué tío).
Nada de lo que es sobre lo que hizo en vida el Padre Pío es motivo de santidad.
Todo lo que es válido, es motivo de santidad (viva la humanidad).
Por lo tanto, este argumento no es válido.
Y sin embargo, lo es (¡Qué contrariedad!)
IRICHC:
Si es cierto eso de que un artículo se cura con otro, aquí va éste, que es de hoy.
ARIAS:
Curioso que aun sin saber lo que es la santidad, sepa Ud. que hay santos por doquier.
P.D.: Hágase ver de sus delusions.
EVIL:
Lo curioso de Pio es que hasta a Juan XXIII le parece todo "un inmenso engaño".
Me encantaría que los católicos presentes se preguntasen sobre la plausibilidade las hipótesis: ¿es más plausible que Pio se quemara las manos o que le surgieran esos stigmata?
BARULLO:
A mí me pasa lo que a Evil: ningún problema.
Evil Preacher:
Me refiero a cómo te queda la URL para acceder directamente al post.
Para ejemplo, una de tu blog: http://predicadormalvado.blogspot.com/2007/10/el-da-del-tentculo.html
Te comió el acento de "día" y de "tentáculo".
Fernando:
A vos te pasa lo mismo que a Evil, nada más que no había visto tu respuesta.
La URL de este post es: http://razonatea.blogspot.com/2007/11/santo-cido-fnico.html
Te comió la "a" de "ácido" y la "e" de "fénico".
Hola, Fernando, yo no sé lo que es la santidad en términos humanos, pero sé qué son los santos en términos humanos: es decir no encuentro una sustancia tal que sea “santidad”, pero sí a alguien que es santo, aquí en la tierra. Así, por ejemplo, si me preguntan qué es la santidad, pienso en un primer momento en mis amigos Gaby y su esposo Jaime. Su amable trato es una muestra del triunfo discreto del cristianismo: una religión para todos los hombres, de todas las naciones y de todas las condiciones. Compartir el pan con ellos es signo auténtico de la mesa de la amistad con Jesucristo. Es decir, desde mi punto de vista, Dios no existe, sino que existe alguien que está frente a mí, con toda su inconsistencia humana, que no sustancialidad. Niego la sustancia, pero el fenómeno del santo está ahí, como aparición moral, humana e imperfecta. Así el padre Pío: creo que el bien alguna vez hizo “pío” en sus actos, sin necesidad de que yo sepa a ciencia cierta lo que son el bien y la santidad.
P.D. Quizá me haga ver de mis delusions, hehehe. Ayúdame un poco a hacerlo, si gustas.
"Un santo se cree, no se estudia", destaca Luzzatto, convencido de la inutilidad teológica de su obra.
Exactamente: si hacemos el cálculo matemático, Santa Claus no puede distribuir todos los juguetes en una noche. En Santa Claus se cree, no se estudia.
Si el santo "indiecito Juan Diego" nunca existió, hay millones de mexicanos que creen en la aparición de Guadalupe. En ese mito se cree, no se estudia.
Da vergüenza ajena.
Nican mopohua:
Hola, Barullo: un santo se ve, no se cree ni se estudia.
Un santo da alegría ajena.
Sólo es necesario que sea humano, porque de los otros, no te puedo dar cuenta.
BARULLO:
Comprendo. ¿Pero es eso un problema? A través del Google se llega a las páginas no por el nombre de la misma, sino por las palabras que contiene. Sí es útil lo que decís para "deducir" mejor el enlace de una página sin haberlo copiado.
ARIAS:
Habla Ud. de santos y de santidad sin saber lo que esas palabras significan (aun así hace alarde pseudoespecificación al agregarle el adjetivo "humano" a los santos).
En cuanto a sus delusions, pregunte por las que le provocan a Ud. cierta incontinencia de esperpentos en forma de cuasi silogismos.
Es usual el "anegamiento de la especie en el género" a la hora de utilizar el término "santo" de parte de algunos comentaristas. Como si el término santo tuviese una única acepción y como si todas remitieran necesariamente a la divinidad e incluso al Dios terciario de la ontoteología (el cristiano).
Hola, Fernando:
Alguna vez te comenté mi compulsión esperpéntica por la barroca maravilla. De ahí mi amor por los silogismos extravagantes pero divertidos que tú calificas como “cuasi silogismos”. Ahora bien, la especificación de qué es un santo humano quizá la alcance a definir aquí en este espacio, quizá no, ¿quién puede saberlo? Por mi parte yo creo que, por ejemplo, un rasgo de santidad en ti es tu amor por la verdad, rasgo que compartes con Richard Dawkins; dicho esto para comenzar a ver la santidad en los demás, si bien dudo mucho que yo mismo tenga algo de santo.
Supongo pues, que tender a la verdad es un rasgo de santidad huamna, no exclusivo de los católicos, ni siquiera de los cristianos, sino de todo hombre de buena voluntad.
Creo que en mi intervención anterior no llegué a expresar hasta qué punto me sidera este asunto.
Vamos a ver, imaginémoslo en forma de diálogo: llega un tipo del Vaticano a hablar con el papa:
- Oiga, su Santidad, que hay uno que parece que es santo.
- Vamos a ver ¿se folla a sus amigas? ¿le sangran de verdad las manos y los pies? Eso es lo que hay que verificar, porque esta Iglesia valora cosas tan sanas y constructivas de la persona como no follar y que te sangren los miembros: eso es lo que haría del él un santo.
Ah, gracias Barullo ya lo entiendo.
Evidentemente se nos escapa a los no creyentes la "sabiduría" del término "santo" o del término "pecado".
Para mí, hay personas que viven de manera moralmente ejemplar y las que no (en diferentes grados). O acciones buenas o malas moralmente.
Lo que me parece es que hay criterios que se consideran para determinar la "santidad" que son extremadamente bizarros (ej., que sangren las manos y los pies, o que se vea con agrado que alguien se castre para evitar las tentaciones de la carne).
Evil:
Te faltó en la lista de "valores", el decisivo: Una vez muerto, el santo tiene que "interceder" para que ocurra un "milagro". Que, por supuesto, es RIGUROSAMENTE estudiado por la Iglesia, no sea cosa que pasen gato por liebre.
Hola a todos:
La santidad humana sería como todo lo humano: limitada, pero existente. Buena, pero finita. Amable, pero no omnipotente. Por lo que sostengo que la santidad del padre Pío no le resta nada de humano, y viceversa. No sé qué es la santidad, pero disfruto de la compañía de los santos, aunque también me gusta deleitarme con mis amadísimos pecados, sin saber a ciencia cierta qué demonios son los pecados.
Arias es estrella? y andrés? y tantos otros?
DR. GEN:
No es así, pero para mí comparten la mayoría de los genes (je je).
Hola, Fernando, tienes razón, no soy Estrella, ni Andrés, ni tantos otros. Sólo soy Äriastóteles Platónico. La pregunta que me hago es ¿cuáles genes compartiré con esos tíos a los que se refieren? Por cierto, qué triste que a la gente no la reconozcan sino por sus genes y no por su esencia... ¡Pero es que no hay esencias!
Saludos, Dr. Gen.
Ven aqui hay un ejemplo clasico de la fe de FernandoGT,el piensa que Andres es Anonimo,Mira Mozart,Estrella Fugaz y nunca lo ha comprobado,preferiria que me diga directamente que lo que escribo es esteril,y tonto y me vaya,y que no ande con tsantas vueltas.Por ultimo me pregunto,¿hay que ser Novel para publicar aqui una opinion?,¿alguien lo es?,que tiren la primera piedra!!!.
"preferiria que me diga directamente que lo que escribo es esteril,y tonto y me vaya,y que no ande con tsantas vueltas"
Lo que escribís es estéril y tonto. Andate.
Pues bien no sabia que lo tuyo era tan personal conmigo y no lo entendere nunca,hola.
No es personal: hay un límite para las boludeces.
Hola, contertulios.
1) Pareciera que el Dr. Gen no ha aprendido a reconocer a alguien que no sabe utilizar los signos ortográficos (acentos por ejemplo, en el comentario de Estrella Fugaz) de quien sí los sabe usar (mis comentarios).
2) No, Andrés, no hay que ser un Nobel para escribir aquí, y mucho menos de literatura. Sólo atiende a lo siguiente: el Dr. Gen no usa los signos de apertura cuando formula una pregunta. En consecuencia, hay también "genes" parecidos entre el Dr. Gen y Estrella Fugaz: pasar de largo ciertas reglas ortográficas.
3) Por consiguiente, Fernando, me parece que por ahí se dejó deslizar un argumentum ad hominem . A menos, por supuesto, que se aclare qué "genes" comparto con Estrella Fugaz. ¿Se trata de que compartimos algunas ideas? No lo sé, pues no conozco la exposición de las ideas de Estrella Fugaz. ¿Qué se me atribuye, entonces? Por mi compulsión barroca, no puedo dejar de señalar el siguiente punto, que tiene que ver con lo anterior:
4) esta oroción contiene tres erores.
Saludos
Arias:
Compartes con Estrella Fugaz los genes de la "creencia" y los de la "grandilocuencia vacua". No sé, me parece como si quisieras que se te admirara la cháchara pretendidamente paradójica. Puede que te consideres ingenioso (o que lo seas), pero tu estilo enrevesado me irrita.
Con Fernando, compartes los genes de la "admiración de Mahler".
Parece que mi campaña de "impopularidad" está en su apogeo ;)
Lástima que la cantidad no se condice con la calidad.
Arias:
Dijiste: "La pregunta que me hago es ¿cuáles genes compartiré con esos tíos a los que se refieren? Por cierto, qué triste que a la gente no la reconozcan sino por sus genes y no por su esencia... ¡Pero es que no hay esencias!"
Digo: Justamente es por la esencia que los confundí: La tendencia a las múltiples personalidades de Andrés y el estilo vacuo de ámbos.
Saludos,
DrGEN
Hola, Barullo. Agradezco tus puntualizaciones, que van perfilando mi “mapa genético”. A mí también me irrita mi estilo enrevesado (a veces). Por cierto, leí en tu blog la “Cuadragésimo novena prueba de que Dios es imaginario”, y me ha parecido bastante buena. La admito sin conceder.
Hola, Dr. Gen. Leí en tu blog el artículo “La religión, la salud y Myanmar” y empieza a parecerme que tu estilo es más pleno que el mío (el mío es vacuo, pues), con una salvedad: en tus artículos eres sutil, en tus cometarios aquí echo de menos mucho de esa misma sutilidad.
Ambos coinciden en que mi estilo es vacuo. Nada me honraría más que llegar a ser un buen nihilista, pues yo no creo en nada, ni siquiera en el ateísmo.
Arias:
Nada personal. Nada más que me sorprendía tu estilo al enviar comentarios a este blog, que me resultan vacíos, pero no así lo que escribes en tu blog que -más allá de estar o no de acuerdo- tiene perfecto sentido y no está escrito en el estilo extraño que usás acá.
Y tampoco "creo" en el ateísmo.
BARULLO y GEN:
Hace unas semanas, le regalé a ARIAS esto.
BARULLO:
"pero no así lo que escribes en tu blog que -más allá de estar o no de acuerdo- tiene perfecto sentido y no está escrito en el estilo extraño que usás acá."
En esa consideración, ¿se cuenta también esto?
Jajajajajaja
¡No, Fernando! Yo sólo había visto el blog de Blogger... y sólo la primera página!
Hola, contertulios. Con mi comentario anterior, doy por terminada la exposición de mi tesis: “el mundo está lleno de santos”. Ahora expondré la antítesis, que espero poder conciliar en una síntesis (si el próximo temblor no me lo impide o alguna otra jugada del hado funesto).
Por lo tanto, estoy de acuerdo con algunos puntos de Bernat, cuando dijo: “Poco hay que comentar. Sólo que eso demuestra, una vez más, que la Iglesia es una institución humana que no tiene nada de divina. La bajeza moral de dicha institución contrasta vergonzosamente con la que pretende representar. Es realmente repugnante”. Si bien mi postura es ésta: Hay mucho que comentar. La Iglesia es una institución divina que tiene mucho de humana. Y a continuación estoy casi de acuerdo con Bernat, cuando dice que: “La bajeza moral de dicha institución contrasta vergonzosamente con la que pretende representar. Es realmente repugnante”. Con el siguiente matiz: continuamente los opositores de la Iglesia destacan los pecados de los miembros de la Iglesia para rechazarla. Es decir, hablamos de una cuestión de pureza. No obstante, las relaciones entre cristianismo y corrupción son tan antiguas como el cristianismo mismo. Quizá olvidan que algunos de los amigos de Jesús eran prostitutas y publicanos, y sus enemigos eran ciertos sabios fariseos y el siempre casto Sumo Sacerdote. El poeta Javier Sicilia lo dice mejor que yo: “No creo en una Iglesia de santos, porque una Iglesia así me excluiría y nadie podría entrar ni estar en ella”. La Iglesia, es por lo tanto, la Casta Meretrix que no alberga en su seno santo alguno, ni aun uno: San Agustín, como el Padre Pío, también tuvo sus mujeres, pero él mismo fue quien nos lo dijo; el Padre Pío necesitó de ayuda para que lo supiéramos. No hay pues, nada que los distinga, y sin embargo, tal vez yo podría decir que ambos fueron como dice Sicilia, algo más que “un puñado de huérfanos extraviados en las contradicciones del mundo y de lo humano”.
Saludos cordiales
Si el mundo está lleno de santos (el sentido "ariano" de "todos son santos"): ¿qué será lo que distingue a un santo?
Fuera de esto, una vacua exposición en la que se intentan demostrar términos que no se definen, diría que como fuera, el padre Pio se quemaba las manos para hacerlas pasar por estigmas divinos. Eso se llama fraude, pero la culpa no siempre es del chancho, sino del que le da de comer.
Hola, Fernando. Para escándalo de todos los justos, el último día de su vida Jesús recibió en el Paraíso a un ladrón. ¿Tendría corazón Jesús para recibir a un defraudador? Yo supongo que sí. Sólo es cuestión de arrepentimiento y perdón. Después de todo, ¿qué es más fácil decir: “Tus pecados son perdonados” o “Levántate y anda”? Así, pues Fernando, andate y replícame.
¿Hay que responder a Estrella Fugaz?
Te paso las DOS PRIMERAS acepciones de "creer" según el Diccionario de la Real Academia Española:
1) Tener por cierto algo que el entendimiento no alcanza o que no está comprobado o demostrado.
2) Dar firme asenso a las verdades reveladas por Dios.
O sea, no "creo" en el ateísmo. Lo que sí, estoy de acuerdo con lo que implica, pero no a nivel de "creencia". Si alguno de los tantos dioses se me apareciera, no creería en él. Estaría seguro, pero por otros medios, entre los que no figura la fe.
BARULLO:
EF debe irse de aquí.
ARIAS:
El ladrón no se hacía pasar por tal para ser santo: robaba y ya, y "se sacó la lotería", según esa narración.
Es como si el padre Pio hubiera gritado, desde una cruz cercana "yo también he robado", tan sólo para ser perdonado, aunque no fuera ladrón.
Anda.
Arias:
Ponete de acuerdo con vos mismo. Más arriba, decías que no creías en nada, y ahora salís recitando las historietas escritas en la Biblia. Mmmmm... no me termina de convencer este blanco móvil.
Decís: "¿Tendría corazón Jesús para recibir a un defraudador? Yo supongo que sí."
Ajá... ¿una defraudación pública se perdona con un arrepentimiento privado? Interesante...
Pero si yo fuera Jesús le diría: "Pío, levántate, anda, dile la verdad al mundo y luego vuélvete a morir".
Aunque no. Si yo fuera Jesús no podría decir nada.
Hola, Fernando. El motivo de que me negara a dar una definición de santo, fue precisamente, que yo quería evitar el anegamiento de la especie en el género, pues las definiciones de santo, incluida las del DRAE no satisfacen, según mi libre entender, el carácter que el término debería tener en caso de que los santos existiesen. Te suplicaría, que si gustas, arriesgues aquí una definición para discutirla.
Hola, Barullo. Me place tu propuesta de la Biblia como una historieta, idea que me parece que coincide con la propuesta de Evil Preacher; se trata de un tema que él conoce a profundidad, pues le ha dedicado muchas y artísticas horas de trabajo gráfico y literario. Sobre que soy un blanco móvil, ya ves, cada individuo busca salvar el pellejo de la mejor manera a su alcance.
Aparte, y siguiendo con mi antítesis: Chesterton definió una vez a la Iglesia como “un hospital de pecadores”. Es decir, ahí no se asiste a santos, sino a quienes no lo son. En lo personal, yo no estaría de acuerdo en que nadie sea forzado a ser atendido ahí; pero a mí, en mi condición de enfermo, sí me gusta visitar a los demás enfermos, amigos y familiares que como un servidor, nacieron en ese lóbrego lugar.
Saludos cordiales
ARIAS:
Ha dicho:
"[las definiciones conocidas] no satisfacen, según mi libre entender, el carácter que el término debería tener en caso de que los santos existiesen"
Contesto:
Pues eso ya excluye y delimita un "territorio semántico" para el término santo, de modo que debe de saber Ud. muy bien qué es y qué no es santo, ya que no le es posible, por caso, dar por buena ninguna de la veintena de definiciones del DRAE.
Estimo que como sea Ud. ha indefinido más que definir el término santo, pero de cualquier modo es el que más ha especulado sobre el asunto. Estoy seguro de que eso mismo es lo que le coloca a Ud. la responsabilidad de brindar la definición (que para mí deberían ser definiciones) del término "santo".
Hacia la síntesis: ¿Qué es un santo? (Una tentativa, antes de una definición o serie de definiciones)
En Los caminos de la libertad Bertrand Russell sostenía que todo lo que es esencial es muy difícil de definir. ¿Valdrá eso para justificar mi tentativa sobre la santidad? Arriesgo las siguientes hipótesis: Un santo, a pesar de sus humanos errores, se decide a buscar la verdad. Un rasgo de santidad, sería acceder a la verdad, sin escandalizarse por la ausencia de verdad en los demás; antes bien, si en sus manos está asistirlos para llegar a la verdad, lo hará, pero obrará con prudencia en esta hercúlea labor. Un santo sabe que aun Homero cabeceaba, por lo que sabría disculpar los cabeceos de sus compañeros. Un santo es paciente, no está limitado por la religión ni por la ausencia de ésta. Sabe que el bien puede brillar tanto en un ateo como en un creyente. Y un santo sabe que “Errare Humanum Est”: todo lo humano está limitado por una frontera de error y enmienda.
Buscaré las definiciones,
saludos cordiales.
Siento desengañarles (porque todos los aquí presentes piensan que la Iglesia Católica no se equivoca nunca), pero el caso del P. Pío estuvo discutido durante muchos años, y la luz no se hizo sino en tiempos de Pablo VI (y Juan XXIII es anterior a Pablo VI)… ¿captan la sutileza?
ARIAS:
Las verdades, si son objetivas, están disponibles para todos. Y todos acceden a ellas en algunos momentos y no en otros.
Tu definición de santo sigue siendo, aún y en mi parecer, paupérrima.
DARK:
Quizá esté en tus genes oscuros, pero estás llamándole "luz" a lo que quizá sea una recaída en las tinieblas. (No sé si fui lo suficientemente sutil).
Vamos Nando, no se pueden sacar los comentarios privados de Juan XXIII fuera de contexto, sino se puede caer en el anacronismo.
En un cierto momento el P. Pío fue muy discutido... en un cierto momento.
DARK:
1) Quizá podrías detallar qué quitó las dudas (y ante quienes) sobre Pio.
2) Si el hecho de que haya dejado de discutirse durante muchos años a Pio fuera un argumento a favor de su santidad, ¿el hecho de que ahora se lo discuta sería un argumento en contra?
¡Santo ácido fénico! No entiendo.
Iluminadora entrada...