En EEUU, ateos y agnósticos saben más de religión que los creyentes
El Foro Pew sobre Religión y Vida Pública hizo su encuesta en junio entre 3.412 adultos con 32 preguntas y, en promedio, los participantes fueron capaces de responder la mitad del cuestionario.
Los ateos y agnósticos tuvieron un promedio de 20,9 respuestas correctas y de cerca les siguieron los judíos, con un promedio de 20,5 y los mormones con un promedio de 20,3 respuestas acertadas.
Los protesantes en conjunto mostraron un promedio de 16 respuestas correctas y los católicos uno de 14,7, señaló el informe.
Entre los católicos blancos, el promedio de respuestas correctas estuvo a la par del general, con 16 aciertos, y entre los católicos hispanos el promedio bajó a 11,6 respuestas correctas.
Diferencias parecidas hubo entre los protestantes blancos, con 15,9 aciertos y los protestantes negros con un promedio de 13,4 respuestas correctas.
La encuesta muestra otros detalles: los cristianos del Sur de EE.UU., que son los más apegados a la Biblia, son los que menos la conocen; quienes creen que la biblia es la palabra literal de Dios tuvieron peor promedio de respuestas que quienes no creen que la Biblia sea la palabra de Dios literalmente.
De once preguntas sobre otros credos religiosos en el resto del mundo el promedio de respuetas acercadas fue de cinco. Pero en esta categoría el promedio de acierto entre los judíos fue de 7,9 y entre los ateos y agnósticos de 7,5.
Asimismo los ateos, con 2,8 respuestas acertadas, y los judíos con un promedio de 2,7 fueron los que mostraron más conocimiento cuando se les presentaron cuatro preguntas sobre la religión en la vida pública y qué dice la Constitución de EE.UU. sobre el asunto.
La encueseta encontró que más del 45 por ciento de los católicos en EE.UU. no sabe que, según la doctrina de su iglesia, el pan y el vino que se usan en la comunión no simbolizan, sino que se convierten en, el cuerpo y la sangre de Jesús.
El 53 por ciento de los protestantes no identifica correctamente a Martín Lutero como el individuo cuyos escritos y acciones inspiraron la Reforma Protestante.
El 43 por ciento de los judíos no sabe que Maimónides, uno de los rabinos más venerados de la historia, fue judío, según el informe de Pew.
El 37 por ciento de los encuestados dijo que leía la Biblia u otras escrituras sagradas al menos una vez por semana. Pero el 48 por ciento de los estadounidenses afiliados a algún credo religioso indicó que «rara vez» o «nunca» leen otros libros religiosos aparte de la Biblia.
Yo más bien me inclinaría a pensar que los que menos respuestas acertaron es porque no entendieron las preguntas :-)
No me resulta raro. De mis ex compañeros del colegio secundario, ya fuésemos de familia católica o judía, quienes habíamos leído gran parte o toda la biblia nos considerábamos ateos. Algo similar ocurre ahora entre mis amigos y conocidos.
Hola, Luis.
Sin ánimo de polemizar porque también he notado ese fenómeno entre gente que conozco, yo había tomado el tema del mayor conocimiento de los ateos respecto de las religiones como una cuestión casi de tipo defensivo.
Y es lo que a veces genera el famoso reproche de algunos creyentes: Si sos ateo, ¿por qué estás hablando siempre de dios?
Hola, Barullo
Sin ánimo de polemizar, estás polemizando. No es una queja, ya que polemizar no me molesta en absoluto.
Vayamos por partes.
Aquellos a los me refería son ávidos lectores a quienes mueve la pasión por las letras; y la biblia es literatura. Algunos de ellos se dedican a la filosofía o a la historia. Difícilmente se pueda comprender algo de la historia y el pensamiento ignorando la tradición judeo-cristiana que tanto ha influido en todo el mundo.
La cuestión de lo "defensivo" creo que deberías explicarla un poco más. Al respecto, debo decir que no se puede debatir sobre algo que no se conoce y que el ateo o agnóstico que lee sobre religión está demostrando una actitud muy digna al hacerlo. O, tal vez, puede ocurrir que precisamente la lectura haya sido lo que lo llevó a su ateísmo o agnosticismo.
La actitud defensiva podría llegar a comprenderla a partir del modo en que se suele transmitir la religión: por herencia. Nadie (o casi nadie) pregunta a los chicos si quieren bautizarse o ir a catequesis. Supongo que la actitud defensiva, si la hubiera, es razonable en alguien a quien desde chico amenazaron con el infierno, o que vivió la presión de la iglesia como institución en debates que incumben a los actos privados de las personas, sean ellas religiosas o no, como el divorcio o el matrimonio homosexual.
En mi caso, cuando pude decidir por mí mismo si encontraba evidencias para creer o no hacerlo, pensé que tales evidencias no eran suficientes. El acercarme por mi cuenta a la biblia tuvo que ver con el hecho de que, pese a mis dos años de catequesis, poco contacto había tenido con el libro, ya que las lecturas habían sido escasas y siempre filtradas por la catequista.
Fuera de todo apasionamiento religioso, considero que la biblia es un libro apasionante, al igual que lo es la teología. Como dijo Borges: "La idea de un dios omnipotente es una ficción muy superior a las de Wells".
Pensando en tu última pregunta, se me ocurre otra: ¿Qué habrá querido decir Buñuel cuando declaró: "Gracias a dios soy ateo"? Bueno, supongo que si no existiera la idea de dios no existiría la palabra ateo como concepto.
Hola:
Hace un tiempo solía debatir en foros norteamericanos y en general si bien el mayor conocimiento sobre religión lo tenían los ateos y/o agnósticos los creyentes se defendían bastante bien, me refiero a que conocían su religión.
Yo lo atribuía a que en EEUU no hay una religión dominante por lo que los Baptistas tenían que tener alguna argumentación para cuando hablaban con un Mormón o con un Luterano.
En comparación con los paises latinos donde el catolicismo es mayoría y en general la enseñanza viene dada por el catecismo generalmente en una versión totalmente diluida.
Conozco MUCHAS personas que hicieron su primaria y secundaria en colegios religiosos católicos, con primera comunión y Confirmación de asistir a misa todos los domingos que IGNORABAN casi todo sobre su propia religión.
El antiguo testamento a excepción de algunos pasajes del génesis y del Exodo lo ignoran.
Y muchas doctrinas y dogmas no tienen ni idea.
Muchos incluso te dicen que Cristo es menos que Dios o (como cita el artículo) que en la hostia consagrada la presencia de Dios es simbólica.
Nada mas sorprendente que a alguien que se dice Católico contarle un dogma y que ellos te miren diciendo : "Ah!! no es cierto! "
Tenemos un ejemplo muy claro sobre un sacerdote francés del siglo XVIII que perdió la fe a raíz de investigar las Escrituras: Ernest Renan
Perdón, es del siglo XIX.
Comulgo con los precedentes comentadores; también he hecho yo la misma experiencia; la ignorancia de sus acólitos siempre ha sido la base del éxito del cristianismo.
Quisiera subrayar otro aspecto del fenómeno:
Las cuestiones que mencionan en el artículo son percibidas como irrelevantes o poco importantes por los cristianos actuales, para ellos, lo fundamental de su religión, es otra cosa.
Es decir, para un cristiano del s. IV las cuestiones crísticas hubieran sido lo más importante, lo esencial de su fe; por un desacuerdo en esa materia te podían condenar a muerte. Para uno del s. XIV el milenarismo y el arrepentimiento era el tema fundamental del cristianismo, etc. Hoy en día, el católico medio tiene creencias que en otro tiempo le hubieran costado la hoguera e incluso se veneran santos claramente herejes, como Cirilo de Alejandría, que era monofisita, pero ¿quién se preocupa de las cuestiones crísticas hoy en día?
Hoy lo fundamental es el matrimonio homosexual y el aborto. El aborto que San Agustín, Santo Tomás, San Anselmo de Canterbury, san Ivo (patrón de los abogados) y muchos otros cerebros preclaros de la historia de catolicismo, aceptaban con naturalidad. Es decir, es una batalla relativamente nueva y es muy reciente que se considere un tema fundamental del cristianismo.
La conclusión es que su pretendido magisterio atemporal y eterno es, evidentemente, contingente e inmanente y sus doctrinas, temas favoritos y manías cambian en cada siglo. Pero para ese viaje, no nos hacían falta alforjas.
¿Y donde están los creyentes presos de sus dogmas, asustados por el infierno, sometidos al poder de la Iglesia?
¿Qué clase de presos y asustados personajes son los creyentes cuando no conocen su propia doctrina? Esto refleja lo que ya se sabe: La gente tiene una mentalidad "utilitaria" toma un slogan de aqui, otro de allá, un horóscopo por el otro lado y así va armando los contenidos de su sistema de creencias para "usarlos" según sea el caso: necesidad de éxito, protección, etc. Lógicamente esto no conforma lo que conocemos como "experiencia religiosa" pero Dawkins y sus magnificos cientificistas se equivocaron de diagnóstico al juzgar que los creyentes tienen una actitud pasiva en la conformación de sus creencias. La doctrina oficial de cualquier denominación suele ser diferente a las creencias populares porque son estos los que al final deciden que creer y que cosa no.
¡Saludos!
Eso no es de extrañarse, si la verdad la gran mayoría de creyentes vienen a ser ateos prácticos, son pocos los que de verdad son consistentes con lo que creen y esto es debido a que el estándar de vida de un cristiano bíblico es insoportable para los que quieren vivir con su egoísmo por encima de todo,es totalmente imposible para alguien negarse a si mismo, a no ser que sea por un acto sobrenatural.,la evidencia de Dios esta en que si sigues a Cristo tu vida cambia, pero esto es como lo que escribe Juan en una de sus cartas simplemente sabes quien es cristiano viendo si persevera en la doctrina de Cristo, todo el que dice ser cristiano y no persevera en la doctrina de Cristo es mentiroso (San Juan)
Hola, me encantó este post y como siempre sostengo lo mismo con algunos amigos creyentes (yo soy atea) si no te molesta pondré el link de tu artículo en mi Blog.
Gracias y es un placer leerte.
(soy argentina)
Saludos a todos. Deseo compartiros un trozo de mi vida en torno del asunto. Por si puede servirles a los chicos de hoy, y tal vez del mañana. Cuando yo era tan sólo un muchacho, de unos 9 o 10 años, me comencé a tomar demasiado en serio todas las idioteces que la iglesia te tira. Por ese mismo tiempo comencé a estudiar la Biblia, una Biblia de estudio retacada de notas y glosas marginadas sumamente abundantes.
Yo buscaba en la Biblia respuestas religiosas de fuente "autorizada" para mis inquietudes y cuestiones pura y elementalmente filosóficas. Mientras más la leía, más ansiedad sentía. Y no precisamente por sentirme culpable de ser un pecador. Sino por otra causa que describo enseguida: Mientras más la leía, más y mayores dudas me asaltaban de que fuera posible lo que estaba leyendo. Pero mis dudas eran de puro y elemental sentido común.
Mas yo no comprehendía que era afortunado por dudar todo eso. Me sentía culpable, sumamente culpable por no poder creer. Me sentía más culpable que todos los señores y señoras de la comunidad. Yo era el único joven. Todos ellos mostraban tremenda ingenuidad para asumir de lleno todas esas palabras que a mí me resultaban tan de plano choqueantes. Y eso me infundía un terrible y profundo sentimiento de culpa.
Para no hacer el rollo excesivamente largo, hoy deseo compartir lo siguiente: En busca de razones para poder creer, llegué a escudriñar y a familiarizarme con todos los escritos de la Biblia del derecho y del revés. Y llegué a convertirme en una auténtica autoridad intelectiva en materia de historia, doctrina y actitudes de todas las iglesias, grupos y sectas de todas las cristiandades pasadas y presentes, así, en plural.
Y, con este jugoso bagaje intelectual, hoy puedo permitirme el guapo lujo de enseñar a los jóvenes la gran necesidad de no dar demasiada importancia a todo eso. Soy un ateo feliz. Y enseño a los demás a disfrutar la vida con su futilidad e intranscendencia. Doy gracias a Fernando por este guapo blog, en donde nos comparte todos estos apuntes que revisten especial interés en un mundo que lucha para poder ser libre del yugo de las sombras.
A quienes consideran que esto representa saber demasiado en relación a algo en lo que no se cree, diremos simplemente que este conocimiento sobre las religiones sigue actuando en nosotros como una vacuna: genera inmunidad hacia un agente patógeno previamente vivido y sufrido en carne propia. Mírese de esta forma: Olvidar de repente todo lo que sabemos sobre las religiones, sería muy desastroso para el género humano. Sería tan desastroso como retroceder varios miles de años en la historia, cultura y desarrollo del hombre. Sería como perder la inmunidad en contra de las cepas del virus de la gripe sufridas por ancestros por millares de años. Esas cepas del virus, o cualesquiera otras, podrían acabar con nosotros en cuestión de minutos.