El libro está prologado por la prestigiosa poeta Claudia Masin y el diseño y los dibujos son de Romina Arrarás.
En Viajero inmóvil el tiempo parece tanto una farsa como una condena. El personaje que habla en estos poemas no acaba de dar el primer paso en la búsqueda de una mujer amada cuando descubre que no va a avanzar, que el trayecto que recorre engendra una distancia nueva imposible de resolver; que todo es, en suma, distancia. Por eso «el abismo es el punto de partida» y el viajero no puede hacer otra cosa -si quiere seguir siéndolo- que mirar lo que se aleja y regresar a lo que ya no sabe si alguna vez poseyó.
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© Fernando G. Toledo
Expuesto y escondido como todo el que viaja en la noche
Voy recogiendo partes del mundo tiradas en el camino
Piedras que no han merecido el viento
Rostros que se repiten y son siempre una máscara
Voces que nos llaman pero sólo a una acudimos
Nada encuentro /como todo el que busca/ y por eso insisto
Con este vicio nómade estancado en la partida
Perdiendo a cada paso lo que sigo sin hallar
Vuelto de espaldas contra la senda borrosa
Que traza una línea rota alrededor del cuarto
: La nave incendiada que estoy por abordar
: El barco sin bandera y sembrado de pañuelos
: El pozo donde la ausencia teje su velo
Y lo tiende en la ventana para que la luna no entre
Voy lamiendo una llaga con gusto a sal Dibujo las pisadas
Que antes no he dado No llego Nunca llego
Repito frases sueltas que ni siquiera recuerdo
Y las copio en un cuaderno como una bitácora
Viajo en la noche para tener los ojos cerrados
Porque quien viaja no quiere moverse
Porque lo que persigue la mirada es la sombra
Viajo de noche y mis pasos suman una cifra infinita
A punto de alcanzar el cero Viajo sin saber
Porque en la oscuridad las formas se confunden
Viajo como quien deja que un fuego se extinga
Viajo como nada el agua en un río de peces
Tengo prisa Escribo para andar más lento
Leo viejos mensajes que dicen «Ya es tarde»
Nada encuentro Mi cuerpo /manos ojos piernas boca sangre/
No tiene herramientas para llevarme a sitio alguno
Pero sé que mi cuerpo es la única herramienta
Es un horizonte rendido que no retrocede
Una caja sin fondo llena de cosas inútiles
Una ropa empapada la suave caída por una pendiente
Una palabra que ha quedado fuera del poema
Por eso es de noche y ando Por eso tengo prisa
Por eso viajo en mi cuerpo y aquí me quedo.De Viajero inmóvil (2009)
¡Hala, Fernando!
¡Enhorabuena!
Enhorabuena
Felicitaciones Fernando.
Felicitaciones!!!
Me sumo al coro de felicitaciones.
Amigos:
Agradezco las salutaciones a todos. Estoy un poco ocupado y por eso he retrasado este agradecimiento. Espero les guste lo poco aquí publicado.
Estimado Fernando:
El acertado uso del lenguaje en tu prosa, y el esmerado empleo de la poesía para expresar tus ideas en forma de reflexivas y justas rimas, hacen de ti un hombre excepcional. Irrepetible y muy valiente es tu esfuerzo, como no tienen marcha atrás mis tropiezos.
Luego, dispensa mi temeraria pregunta, puedes darla por retórica, si así lo quieres: ¿Es éste el libro que sobre ateísmo alguna vez te he demandado? Sí y no, pues el horizonte del arte es más amplio de lo que sospecha el artista mismo.
Los poemas que compartes con nosotros son muestra de que el trabajo que publicas seguro hará resonar los más nobles acordes de la sensibilidad reflexiva de tus lectores.
Celebro contigo, los tuyos y tus amigos la llegada de este libro, cuyo paradójico título me conmueve, en buena lid sentimiento, pues veo en el frontispicio de tu obra el fruto de un hombre que nos ha hecho viajar en el más asombroso de los buques (que no buses) ateos que navegan en la red, cuya rigurosa ruta es carta obligada para quien busca un compromiso con la verdad: Razón atea es el mejor blog en su género, y su osado capitán nos honra ahora con sus palabras más plenas.
Un abrazo, desde el fulgor de mi noche salvaje
Disculpen el retraso.
ARIAS:
Gracias por tus elogios tan exagerados, seguro no soy merecedor de ellos. Para probártelo te diré que no, no es éste el libro que me «has demandado». Es un libro de poemas sobre un hombre que desea emprender el viaje hacia una mujer y no puede siquiera avanzar. En el prólogo, Claudia Masin habla de la «belleza de la espera». De eso se trata.
¡Enterado!
"...Viajo como nada el agua en un río de peces"
- Esa es la que más me gustó. Felicidades Fernando.
Inestimable cita, Humano 666. ¡Qué figura tan fluida! Los atributos de un líquido en un ser viviente que, sabemos, se desplaza en dicho fluido. Es como el remolinito que el sistema torrente-pez crea ante nuestros ojos.
Encantado de comentarlo contigo
¿Es el viaje de un hombre ateo hacia una mujer católica?
DARK:
Jamás lo sabremos.
Sí, mejor que reine el misterio para que la poesía no pierda brillo. Supongo que el "término" de tu viaje probablemente sí lo sepa... pero nosotros jamás lo sabremos.
No hay derecho a borrar a la gente porque si
Tu trabajo es un vivo testimonio de que el pensamiento (el pensamiento racional, que aspira a las verdades auténticas) y la sensibilidad no están en conflicto, como pretenden hacerlo creer algunos posmodernos y algunos nostálgicos.
Felicidades.
Disculpa el retraso Fernando: felicidades por esta nueva publicación. Te deseo todo el éxito editorial que la poesía puede esperar.
Excelente ese poema, el cual ya parece sugerir que tu libro debe ser excelente.
Me gustan las imagenes que parecen evocar el viaje en el que se encuentra inmerso el personajes, la musicalidad de las palabras que le dan un sentido partícular leyendo en voz alta (tal como yo lo hice). Y por supuesto, vos tomaste en cuenta esa musicalidad al poner como fondo del poema ese buen tema de Camel.
Mis felicitaciones y saludos.